Título: El mar llegaba hasta aquí.
Autor: Alex Pler.
Editorial: Autopublicado.
Año: 2015.
Género: Narrativa contemporanea.
Páginas: 306 páginas.
ISBN: 978-1499209747
Precio: 12,35 euros.
Sinopsis:
Antes de la tormenta, Leo decidió terminar su última relación. Pero tanto llovió, que las calles de Barcelona se inundaron y los peces empezaron a vivir en los charcos. Él siguió nadando contracorriente, ajeno a los cohetes que intentaban detener la lluvia infinita, preguntándose si en los nuevos brazos de Adán, encontraría al fin su destino. ¿Duelen más las relaciones que se rompen o las que nunca llegan a despegar?
Autor:
Impresiones:
Con sumo interés comencé esta novela y con cada página que leía llegué a imaginar mil historias en mi cabeza. Tras un comienzo de ensueño y bucólico, donde nuestro protagonista Leo rompe con Pedro, su pareja desde hace siete años y emprende una huida para dejar atrás una vida y una convivencia que comienza a ahogarle. En la estación al más puro estilo road movie pide un billete de tren para el primer destino que salga, en este caso Granada y entre calles llenas de historia y ríos de agua y peces Leo parece ser que comienza a pintar el lienzo en blanco de su nueva vida. En esta ciudad conoce a Adán, un chico de Madrid, misterioso, por el que se siente muy atraído y con el que surge una complicidad loes llevara a una amistad casi dañina para la conciencia de Leo.Un comienzo seductor con un lenguaje poético, salpicado por momentos duros, de angustia que nos hacen coger de la mano a nuestro protagonista para acompañarle a la carrera donde nos lleve el agua, esa agua que no para de caer y que lo mismo agobia, que purifica y limpia haciéndonos sentir que oxigena el escenario. Podríamos decir que en una primera parte donde hechas las presentaciones, el autor plantea muchas dudas existenciales, algunas de ellas que podemos hacer nuestras como las relaciones viciadas, la búsqueda del amor platónico, volver a empezar en cualquier ámbito de la vida en definitiva. Tenemos terreno para buscar una salida y reflexiones con las que agradecer al escritor que en algún momento las plasmara en un libro para que pudiéramos leerla y poder sentarnos con su libro en las manos a pensar en ella. Una cosas esta clara, si algo no funciona, no cabe otra que evolucionar, buscar el cambio a mejor, adaptarnos o sucumbir y de todas las salidas posibles Leo eligió la que menos me convenció. La salida de la superficialidad, en una historia que a mediados del libro mientras busca el amor de Adán, se repite en ciertos momentos hasta la saciedad una búsqueda que llega a convertirse en un bucle del que costará salir más páginas de las que yo hubiera deseado. “Como muestra un botón” dice la frase pero aquí hemos encontrado un catalogo de situaciones que se repiten demasiado en ligues de discoteca, relaciones de una noche, fiestas donde todo vale con tal de no irnos a casa de vacío y un cambio en Leo que aceptamos pero no compartimos y que nos aleja de ese personaje con el que estábamos dispuesto a saltar a ese mar que sigue acompañándonos a lo largo de la novela hasta que llega la sequía. Llegados ese punto, Leo se me hizo un poco plano, como un estribillo bueno que de tanto repetir se queda sin sentido. Puede que eso es lo que pretendiera su autor para que desde ese prisma viéramos la verdadera historia que pretende transmitir. Puede pero yo me quedé sin ángulo de visión y perdido, tan perdido que cuando al final de la trama Alex nos muestra el cartel de salida, yo llegaba a él dando boqueadas de tanto agua que tragué. Podría parecer que descarte el libro a simple vista pero no es esa mi intención, merece la pena su comienzo, es ilusionante, ciertas reflexiones buscan que el libro no caiga en tópicos y seguro que muchos verán en los sentimientos de Leo, situaciones propias sobre las que reflexionar y como decía Lapido en su canción “espejos que devuelven las miradas”. Yo en cambio, cuando el bosque se hizo más complicado perdí el rastro de las miguitas de pan que el autor nos lanzaba. Otros, tal vez no tengan problemas en seguirlas porque el camino está marcado.Con los personajes me ha pasado como con la historia, aunque Leo es el protagonista absoluto, ciertos secundarios como Adán, Verónica., Javi a pesar de ser algo superficiales tienen elementos de interés, un interés de usar y tirar y tras eso dejarlos enterrados entre las páginas de la historia. Una lástima que no haya terminado de conectar con la historia porque cuando me perdí por las librerías con Leo y jugaba a descubrir que canción sonaba en esos momentos su autor supo llevarme a donde un lector se siente cómodo. Yo también soñé con viajar en esos cohetes de los que habla Alex en su libro, unos cohetes que me lleven donde pueda vivir la historia que sueño, pero entre tanto enredo sexual, buscando alguien a nuestro lado, me quedé en el camino sintiendo que la trama tenía más miga oculta de la que yo llegué a comprender.Puede que esta historia llegue a lectores que sepan nadar en esa corriente de agua que surcan las páginas de una novela que es de todo menos simple, no en vano es uno de los finalistas de la edición 2015 de los Premios Guillermo de Baskerville que organiza el blog Libros Prohibidos por segundo año consecutivo.