por Pablo A. Llerandi-Román
En el libro Living on the shores of Hawai’i, publicado por mi colega William Neal y sus compañeros, encontré una frase hawaiana que explica de forma sabia nuestra responsabilidad con el mar: “Mālama o kekai, kekai o ke mālama”. Esta frase traducida al español dice: Cuida del océano y el océano cuidará de ti. ¡Qué gran enseñanza!
El nivel del mar es una medida de la elevación de la superficie del océano en el punto medio entre la marea alta y la marea baja. Aquellos que hemos vivido cerca del mar sabemos que su nivel cambia durante periodos cortos debido a las mareas, el viento, variaciones en la presión atmosférica (ej. marejada ciclónica durante huracanes) y corrientes oceánicas. El nivel del mar también puede cambiar debido a variaciones en el volumen de escorrentía que llega hasta el océano y a los movimientos de las placas tectónicas que producen maremotos (causados por terremotos) o variaciones en la velocidad de separación de placas en las dorsales oceánicas.
El nivel del mar también ha fluctuado en el pasado. La evidencia indirecta encontrada en las rocas sedimentarias, fósiles y sedimentos ayuda a los geólogos a estimar el nivel del mar que existía antes de que hubieran instrumentos, o humanos, para medirlo. Por ejemplo, en el carso puertorriqueño se encuentran rocas calizas que contienen fósiles marinos. Esos fósiles marinos evidencian que el mar ocupó ese lugar en el pasado. Los geólogos pueden determinar con relativa certeza las capas de roca o sedimentos que representan la zona costera al estudiar el tipo de fósil y la forma, tamaño y distribución de los sedimentos. Esos hallazgos se combinan entonces con la medición de la edad de las rocas, sedimentos y fósiles para construir una escala del nivel del mar del pasado.
La mayor parte del aumento reciente en el nivel del mar se atribuye a dos factores: (1) la expansión del volumen del océano debido al aumento en la temperatura global (expansión termal) y (2) el agua que llega al océano producto del derretimiento de los glaciares en el mundo entero y de las capas de hielo en Groenlandia y Antártica. De acuerdo a la comunidad científica estos dos factores se deben principalmente al calentamiento global, que a su vez es mayormente causado por las emisiones de gases de invernadero como resultado de nuestras actividades industriales. Si no disminuimos las emisiones de gases de invernadero es muy probable que la temperatura global siga aumentando, acelerando así la tasa de cambio del nivel del mar. De continuar el patrón de aumento en la temperatura global se espera que el nivel del mar aumente alrededor de 50 centímetros para el final del siglo 21. Ese aumento en la elevación de la superficie del océano sería suficiente para que naciones con poca elevación sobre el nivel del mar desaparezcan, como es el caso de las Islas Maldivas en el Océano Índico, o que se vean impactadas significativamente como en el caso de Bangladesh en Asia.
Millones de personas en el mundo entero se verán afectadas por el aumento en el nivel del mar, cuyas consecuencias incluyen: mayor erosión costera, disminución del área de playa, inundaciones costeras, intrusiones salinas en los acuíferos, pérdida de hábitat y desplazamiento de la población. Entonces, ¿qué esperamos para tomar acción y disminuir las emisiones de gases de invernadero? ¿Qué esperamos para proteger el océano según explicado en la enseñanza hawaiana? El futuro está en nuestras manos. Mālama o kekai, kekai o ke mālama.