Autor: Shusaku Endo
Traducción: David FavardEditorial: Ático de los Libros (marzo 2011)Año de publicación: 1958Páginas: 208
Precio: 18,50 euros
"Tú y yo estábamos en este hospital en concreto en un momento concreto de la historia y por eso hemos tomado parte en la vivisección de un prisionero. Si la gente que debe juzgarnos se encontrara en la misma situación que nosotros, ¿crees que habrían hecho otra cosa? Me río del castigo de la sociedad".Hacía ya tiempo que no leía una novela japonesa, de hecho, este libro lo compré hace ya mucho, con inmensas ganas de leerlo, pero por unas cosas u otras, se fue quedando arrinconado, hasta que lo he sacado de su olvido y menos mal, porque ha sido una muy buena lectura. El mar y veneno nos sitúa en plena II Guerra Mundial y se basa en hechos reales, cómo en la Facultad de Medicina de la ciudad japonesa de Fukuoka se realizaron experimentos médicos sobre prisioneros de guerra estadounidenses. El autor novela esta situación contándonos los hechos desde el punto de vista de sus protagonistas, los médicos y enfermeras que participaron en semejante atrocidad. Poco a poco vamos conociendo de boca de cada uno de los personajes parte de sus vidas y cómo llegaron hasta ese momento y lugar y, lo más importante de todo, cómo cada uno de ellos se justifica y da los motivos por los que participaron del experimento y las operaciones, casi, casi, como si estuvieran predestinados a ello. Como comenta uno de los personajes en el fragmento con que abro esta entrada, lo hicieron porque estaban allí en ese momento y lugar concretos, y si los que en un futuro los vayan a juzgar hubieran estado en su situación, hubieran hecho lo mismo. Un argumento de lo más discutible y con el que personalmente no estoy de acuerdo, pero no deja de ser cierto que suele ser la justificación habitual cuando se cometen atrocidades. Por ejemplo, tras el terror nazi las justificaciones fueron que seguían órdenes, que no pudieron negarse, que todo el mundo hubiera hecho lo mismo en su lugar, etc. Sin embargo, y por suerte, sí que hay siempre otra opción, de hecho, siempre ha habido personas que se han negado a participar en este tipo de atrocidades y que han demostrado que la ética existe y que esas excusas son solo eso, excusas.
Fukuoka
La novela, aunque trata un tema muy duro, es bastante sutil y en ocasiones hasta poética. Las vivisecciones apenas ocupan una parte muy pequeña del libro, se narra solo una y no resulta desagradable. Triste si, y mucho, especialmente por las reacciones de los implicados: la indiferencia y frialdad de los médicos y enfermeras, la inocencia del soldado norteamericano que no sabe qué van a hacerle, el sadismo de los militares japoneses que disfrutan con todo esto e incluso la repugnancia que siente uno de los personajes por lo que se va a hacer. De hecho, el autor parece querer rebajar el tono de lo que sucedió y en la novela se utiliza anestesia en los norteamericanos para realizarles los experimentos, cuando en la realidad no fue así, las vivisecciones se realizaron sin anestesia ni analgésicos para poder determinar también el grado de dolor que sentían y porque ya que iban a morir, para qué malgastar anestesia en el enemigo. Aunque se trate de una novela japonesa, esta es una de las que me atrevo a recomendar a los que os asusta un poco acercaros a esta literatura que, es cierto, tiene un carácter muy propio, aunque también a los apasionados del país nipón, por supuesto. Aparece eso que muchos denominan la frialdad de la prosa japonesa, y que para mi gusto no es ni más ni menos que la sencillez y la contención característicos de esta cultura. La lectura no es nada complicada, por el contexto en que se desarrolla la historia es muy contemporánea, no hay términos complicados ni muy "japoneses", el libro es bastante breve y la prosa sencilla y muy contenida, además de que, al contarse en cada capítulo la historia de cada uno de los participantes, esta se hace bastante dinámica. El autor además, no entra a juzgar a sus personajes, deja que ellos mismos se expresen y que seamos nosotros los que juzguemos su comportamiento y sus pensamientos.
Universidad de Kyushu en Fukuoka
La realidad de los hechos que se novelan y ficcionan en este libro es que una decena de miembros de la tripulación de un bombardero de la Fuerza Aérea del ejército de EEUU logró sobrevivir a un choque en Kyushu en 1945. El comandante de la nave fue enviado a Tokio donde fue interrogado, mientras que el resto de la tripulación fue trasladada al departamento de Anatomía de la Universidad de Kyushu donde se les realizaron vivisecciones que les causaron la muerte. En 1948, un total de 30 personas de las que participaron en estos experimentos, entre ellos varios médicos, fueron llevados a juicio por el Tribunal aliado de crímenes de guerra, de ellos, 23 fueron declarados culpables de vivisección o de extracción ilegal de partes del cuerpo. Cinco de ellos fueron sentenciados a muerte, cuatro a cadena perpetua y el resto a otros periodos mas cortos de prisión. En 1950 el gobernador militar de Japón, el general Douglas MacArthur, conmutó las sentencias a muerte y redujo la mayoría de las penas de cárcel. Todos los implicados en las vivisecciones salieron de la cárcel en 1958, la liberación y reducción de penas fue la consecuencia de un trato entre Japón y EEUU, ya que el Ejército estadounidense estaba interesado en la investigación que habían llevado a cabo los japoneses para aplicarla a su propio programa de armas biológicas.
Shusaku Endo
El autor de la novela, Shusaku Endo (1923-1996), tiene la peculiaridad de ser católico, una minoría religiosa en Japón que representa apenas un 1%, y algo que se manifiesta visiblemente en sus obras, en las que los dilemas morales suelen ser una constante. Su mala salud le libró de ser reclutado durante la II Guerra Mundial y una vez terminada la guerra se marcharía a Francia para estudiar Literatura Francesa en la Universidad de Lyon. Su obra ha sido comparada con la de Graham Green, aunque sinceramente, yo no he encontrado ese parecido por ninguna parte. El propio Greene declaró que Endo era uno de los mejores escritores del siglo XX. Mi edición de El mar y veneno incluye además unas declaraciones del escritor John Updike quien dice que: "Endo brinda a sus temas pascalianos, incluso a sus descripciones de torturas y ejecuciones, un tacto inexorable e hipnótico". Shusaku Endo recibió a lo largo de su vida numerosos galardones entre ellos los Premios Akutagawa, Manichi, Shincho (estos dos por El mar y veneno) y Tanizaki. Además, fue un firme candidato hasta su muerte al premio Nobel de Literatura. En la localidad de Sotome (Nagasaki) puede visitarse el Museo Literario Shusaku Endo.