No necesitas pensar que Chichén Itzá es una de las 7 Nuevas Maravillas del Mundo, Patrimonio de la Humanidad o que fue el mayor centro político del territorio denominado del Mayab, basta con acercarse a esta zona arqueológica para saber y sentir que estás ante una de las grandes maravillas del mundo de todos los tiempos.
Chichén Itzá está en el estado de Yucatán en el sureste de la República Méxicana y es conocido en el mundo entero por la imagen del llamado El Castillo, la imponente Pirámide de Kukulcán. Además, este sitio cobra mayor importancia cada año en el equinoccio de primavera y verano, cuando las sombras caen sobre la escalinata de la pirámide y entonces las serpientes que están a los costados parecen tener movimiento, la sombra avanza hasta llegar a las cabezas del Dios Kukulcán, la serpiente emplumada.
Justo a un lado del Castillo está el Templo de los Guerreros y las Mil Columnas. Ahí se puede ver una de las estatuas de Chac Mol.
Pero ahí mismo también está el juego de pelota más grande y mejor conservado del mundo. En sus lados se alzan los sitios desde donde suponen veían el juego los espectadores; ahí ocurre un curioso fenómeno acústico, pues lo que se dice en un lado en voz baja, se oye a muchos metros de distancia en el lado opuesto sin que sean escuchados por quienes se están en los costados.
Más allá está el Cenote Sagrado, que según cuentan tiene unos 40 metros de profundidad, aunque nadie lo sabe con certeza. Se trata de un cenote abierto y en él se realizaban sacrificios. En un tiempo tuvo incalculables tesoros que fueron extraídos por el estadounidense Edward Thompson y vendidos a un museo de Massachussets; luego de muchas negociaciones, algunas de las joyas y piezas extraídas fueron devueltas al país.
Ahí me contaron que tanto la Pirámide de Kukulcán como el Templo de los Guerreros, tienen una edificación similar más pequeña en su interior.
Es impresionante toda la zona arqueológica, pero lamento enormemente que permitan “la vendedera” tan cerca de las pirámides y demás edificaciones, pues es de verdad incomodo y desilusiona tenera los ambulantes acosando a los visitantes y ofertar montón de chuchurías que además no tienen ningún valor artesanal.