Andy Weir nació en California en 1972. Su trabajo habitual es el de ingeniero de software y desde no hace mucho también novelista. Es hijo de un físico y una ingeniera y a los quince años ya trabajaba como programador en Sandia National Laboratories. Después estudió Ciencias Informáticas en la Universidad de San Diego, aunque no se graduó. Trabajó como programador en varias compañías de software como AOL, Palm, llegando a trabajar también en el conocido juego “Warcraft”. Desde siempre fue un gran lector de los clásicos de la ciencia ficción, sobre todo de los que mencioné en el párrafo anterior y se nota mucho su influencia, con una mezcla entre seriedad y entretenimiento que es una de las cosas que yo más valoraba en este tipo de relatos. A los veinte años empieza a publicar sus primeros trabajos a través de su página web. El primero de ellos que tuvo una cierta repercusión se tituló “El huevo”, un cuento que fue adaptado con bastante éxito a través de una serie de vídeos en youtube. “El marciano” es su primera novela, también publicada por entregas por él mismo a través de su página web. De ahí pasó a venderse en Amazon por 0.99 céntimos y tuvo un gran éxito. Tanto que al poco tiempo la Editorial Crown alcanzó un acuerdo con el autor para publicarla en formato libro, alcanzando durante mucho tiempo los primeros puestos de los más vendidos en las listas, por ejemplo, del “New York Times”. Se editó en Estados Unidos en 2011 y pronto fue traducida a varios idiomas. En castellano aparece en el 2014 en Ediciones B. Para muchos críticos es la mejor novela del género en los últimos años. Ahora está trabajando en su segunda novela, inicialmente titulada “Zheck”, de la que él mismo dice que es una novela del género más tradicional.
El protagonista de la historia es Mark Watney, un biólogo que participa en una misión que tiene como destino Marte, donde junto con el resto de la tripulación tiene encargadas una serie de tareas. Llegan a Marte, descienden y se instalan, pero la llegada de una fuerte tormenta de arena obliga a la capitán de la misión a suspender todo y volver a la nave que los llevaré de vuelta a la Tierra. Pero Mark tiene un pequeño accidente y sus compañeros de misión lo abandonan en el planeta rojo convencidos de que ha muerto. Pero no es así, está vivo y se encuentra solo en Marte, algo que en un principio parece una completa sentencia de muerte. Pero no está dispuesto a desaparecer sin pelear, tiene conocimientos, tiene algunos materiales que puede aprovechar y, sobre todo, tiene mucha inteligencia e iniciativa, tanta que algunas veces le puede costar cara. Al principio la cosa puede parece complicada pero tiene que intentar lo que sea por difícil que sea su situación. Con comida para un tiempo limitado, sin posibilidad inicialmente de contactar con la Tierra, en un entorno que no le es familiar y pensando que por mucho que haga es muy complicado que cualquier rescate pueda llegar a tiempo. Estará convencido que va a ser el primer habitante de Marte y el primero en morir allí, un marciano en toda regla. Pero tras ese planteamiento inicial va a poner toda la carne en el asador para intentar sobrevivir. Lo primero en lo que tiene que pensar es en la comida, luego en ver cómo podría ponerse en contacto con la Tierra para dejar claro que está vivo y ver de qué manera puede hacer una serie de cosas que le permitan sobrevivir y volver a casa. Lo mejor que tiene son sus ganas, si ingenio y habilidades y sus conocimientos de botánica, con todo esto afrontará casi cualquier obstáculo que le va apareciendo, que no serán pocos. Sus ganas de sobrevivir son tantas que casi nada lo podrá parar.
Está claro que el autor se documentó a conciencia antes de enfrentarse a la escritura de la novela, tanto en lo que se refiere al tema de los viajes espaciales, la tecnología utilizada, la botánica y un buen montón de elementos que circulan por toda la historia. La historia está llena de momentos de tensión, de problemas que el lector no sabe cómo podrá solucionar, de éxitos y fracasos que parece que van a acabar con la paciencia de Mark. Pero él tiene un arma que le hará sobreponerse a casi todo, el sentido del humor. Un humor que está presente en todo momento y que le funciona como la medicina ante las decepciones y los problemas, que hace que se ría y se pare a pensar en cómo podrá solucionar todo lo que impide su supervivencia. Y serán muchos momentos así, en los que parece que todo lo que pueda hacer solo estará enfocado a que viva unos cuantos días más pero sin posibilidad de salir de allí en ningún momento. No quiero contar mucho más porque los que no hayan visto la película o leído la novela tienen derecho a pasarlo tan bien como yo haciéndolo. La verdad es que es de esas novelas que te dejan satisfecho, en la que en todo momento está pasando algo y hacen que no puedas dejarla aunque te venza el cansancio. No podrás dejar solo a Mark en su aventura en Marte, porque tras solucionar el primer problema vendrá una larga lista de aciertos y fracasos que harán que en todo momento estés en tensión, esperando a ver qué pasa a continuación. Y como acabo de decir casi siempre tendrás como lector una sonrisa en la boca esperando a ver por dónde sale ahora y qué va a hacer.
Al principio la cantidad de terminología, de trajes, de aparatos, de conceptos técnicos, de cuestiones químicas, físicas o botánicas puede hacer que te pierdas un poco entre tanta palabra y concepto nuevo. Pero poco a poco vas metiéndote en la historia y hasta eso entre dentro de la normalidad, del mundo que estás compartiendo con nuestros simpático protagonista. El autor consigue que esta historia esté de pleno dentro del género de la ciencia ficción de aquellos relatos que no siendo reales podrían serlo porque todo (o casi todo lo que pasa) es creíble o posible, pocas cosas hay que te harán decir que eso no podría ser así llegado el momento. Como muchos han dicho no deja de ser una revisitación en formato ciencia ficción de “Robinson Crusoe”, Mark no deja de ser un náufrago en una isla desierta con formato de planeta. Pero aún así tiene tal cantidad de elementos originales que solo hará que pienses en la otra novela muy al principio, porque no tendrán nada que ver en buena parte de su desarrollo.
Una novela bien construida, muy bien planteada y desarrollada y con un protagonista al que recordaré durante mucho tiempo. Una historia que enganchará a cualquiera, sea aficionado o o al género, porque se puede leer incluso sin que te guste demasiado este tipo de historia. Creo que la película sigue bastante fielmente la historia de la novela, a ver si consigo verla un día de estos. Muy recomendable.