Nada más atravesar el umbral de su puerta su tenue y cuidada iluminación nos introduce en un espacio acogedor, que transmite calma y que nos invita a sentarnos en cualquiera de sus originales mesas. Posiblemente sea uno de los locales con más encanto que conozco de Madrid. Decorado como si estuvieses dentro de un sueño, El Jardín Secreto es un placer para los sentidos, sus tartas, infusiones y chocolates son un deleite de aromas y sensaciones. Elementos que nos incitan a pasar la tarde disfrutando de una conversación pausada y con calma.
He de reconocer que también hay carta para comer (ensaladas, pastas…) pero yo siempre, las veces que he estado lo he hecho a media tarde saboreando un delicioso chocolate. Si os gustan hay una enorme variedad, a cada cual más tentador. También en su amplia carta podéis encontrar exóticos tes, batidos o cocktails. Todo para disfrutarlo en un ambiente romántico y cálido, un sitio donde tienes la sensación de que la vida que se asoma al otro lado de los cristales avanza a una velocidad diferente.
El problema de este local es que a pesar de su nombre, cada vez su existencia es conocida por más y más gente por lo que es posible que si no acudís temprano os toque esperar a que alguna mesa quede libre. De hecho, antes de que abra sus puertas ya he visto a gente esperando fuera para quedarse con el mejor sitio (como pasa en los conciertos). Como curiosidad indicaros que todo su mobiliario está a la venta así que si vais, además de experimentar una fabulosa velada puede que salgáis por su puerta con un nuevo elemento para decorar vuestra casa.
Dirección: Calle Conde Duque 2.
Horario: Abre todos los días a las 17:30 hasta las 00.00 y viernes y sábados de 18:30 a 02:30.
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Los chatos piden paso