Dice Guillermo que hay libros que no deben leerse en primavera. Puede que "El marino que perdió la gracia del mar" cuente como uno de esos, ya que no me imagino a nadie disfrutando del nacimiento de las flores mientras se sumerge en el universo Mishima pero, como no ha parado de llover en toda la semana, he decidido saltarme la norma.
Esta pequeña novela es bella y trágica a partes iguales. La manera de narrar de Mishima es admirable, capaz de hacerte respirar la humedad, sentir el frío, el calor, y de trasmitirte sentimientos como la rabia y el dolor sin dejar de utilizar un lenguaje delicioso. De hablarte de violencia sin perder la calma.
Noboru y su anhelado héroe. Ryuji y su abandono del mar. Fusako y su intimidad tras un agujero en un armario... Una obra preciosa que merece ser leída, aunque para ello haya que olvidarse momentáneamente de lo alegres que están los bosques en esta época del año.
Traducción: Jesús Zulaika Goikoetxea