Ya he perdido la cuenta de los bares y locales que he ido viendo caer en Barcelona a propósito de los más diversos factores: desde finales de los setenta en que los Bancos y Cajas arramblaban con los cafés más hermosos (el Bracafé de Laietana, el Luna de Pza. Cataluña...) hasta...
(Ya conté aquí que detesto las listas, pese a su prestigio literario, así que no sigo).
Y no todos han podido renacer como el Velódromo o el Pastís, que es por lo que hago votos, tras leer la noticia sobre la amenaza que se cierne sobre el viejo e histórico e impar Marsella, en el corazón del Raval.
Os invito a secundarlos.
http://www.change.org/es/peticiones/propietario-de-la-finca-del-bar-marsella-y-al-ayuntamiento-de-barcelona-que-se-paralice-su-cierre