Entramos en otro año de crecimiento cero en nuestros centros pero, ¿entraremos alguna vez en un año en el que las promesas políticas sean acordes a los recursos disponibles? Lo dudo mucho, la verdad.
Y a medida que vayamos entrando en fechas electorales, las promesas se irán elevando… la Salud vende mucho y es un caramelo al que ningún/a polític@ querrá renunciar… lo que no se dirá es que los centros seguirán sin crecer en presupuesto por otro año consecutivo ni se hablará de los recortes que se están haciendo.
El MÁS por lo MISMO no siempre vale. Se puede hacer más por lo mismo si aumentamos la eficiencia y es cierto que, en algunas ocasiones, se pueden hacer las cosas más eficientemente, pero no siempre es así. Estoy de acuerdo en que muchas veces una forma de trabajar puede parecer ineficiente pero, si se mira más de cerca y, sobre todo, si se le pregunta a l@s profesionales implicados, nos damos cuenta de que nos faltaba la foto completa.
Por ejemplo, miramos una agenda de trabajo de un/a profesional y tendemos a dividir el tiempo que dura la misma por el número de pacientes incluidos y empezamos a hacer cuentas y cábalas con eso… pero esto no vale, una consulta médica no es una cadena de montaje de coches y, si preguntas sobre esa agenda teóricamente ineficiente, te enteras que el/la profesional está también atendiendo el busca, viendo las urgencias, respondiendo al teléfono, visitando a “l@s compromis@s de la casa” que tantas veces les generamos nosotr@s mismos… esa es la foto completa, esa es la información que nos faltaba para poder decidir sobre la actividad de ese/a profesional… pero no siempre nos interesa verlo, ¿verdad?
Bueno, pues l@s verdader@s expert@s en MÁS por lo MISMO son nuestr@s profesionales de Atención Primaria… voy a recordar un fragmento de mi etapa como clínico en un centro de salud. Además de nuestra agenda y la maravillosa DEMORA CERO (otra promesa política) teníamos que: hacer citologías, hacer cirugía menor, hacer planificación familiar, ajustar las dosis de la anticoagulación oral y un largo etcétera… ¿cuándo? Preguntaréis… ¡pues en tu horario de consulta! Quitando huecos de visita, lo que lógicamente debe aumentar la demora pero, ¡COMO TENEMOS DEMORA CERO PARA LA FOTO! pues aquí se ve a todo el mundo cuando haga falta, generándose esas agendas demenciales de 70 pacientes que hemos podido ver en el Wikipotorio de Vicente Baos: foto 1, foto 2 y foto 3. Y, ¡ah! ¡Qué lo olvidaba! Las visitas domiciliarias… mi horario era de 8 a 15 horas, pero yo llegaba a mi casa (y vivía enfrente del centro de salud) a las 16.30h con demasiada frecuencia.
Y ahora el agravio… en los hospitales tenemos una cosa llamada CONTINUIDAD ASISTENCIAL, esto es, el profesional extiende su jornada hasta las 20 horas y se le paga un adicional de unos 200 euros. No voy a entrar a hablar de la continuidad asistencial en el hospital porque habría para muchas entradas hablando de pertinencia, regulación, eficiencia y un largo etcétera… en general, pienso que la continuidad asistencial bien usada es una buena forma de pagar el sobreesfuerzo de nuestr@s profesionales… y recalco lo de BIEN USADA.
Pero, ¿sabéis qué? La continuidad asistencial NO EXISTE en Atención Primaria… ¿por qué no compensar ese claro sobreesfuerzo del MÁS por lo MISMO en nuestros centros de salud? Pues es una cosa que nunca he entendido, la verdad.
Las tareas que hace un/a médic@ de familia aparte de su consulta habitual (citologías, planificación, cirugía menor, consulta programada, etc…) deberían ser altamente satisfactorias para l@s profesionales, pero se perciben negativamente precisamente por la sobrecarga que supone a cambio de nada. Y digo yo… ¿por qué no dar continuidad asistencial a Atención Primaria para hacer cirugía menor, por ejemplo? En horario de tarde, voluntario, remunerado, sin interferir con la consulta habitual… estoy seguro de que así se resolverían muchos problemas en nuestros centros y aumentaría la calidad (palabra tan de moda hoy día en Salud) de los servicios prestados. Con una medida como esa podría empezar a demostrarse el apoyo político a la Atención Primaria que, por ahora, son demasiadas palabras y pocas realidades.