Muy señores míos:
Movida por el entusiasmo que en mi persona ha suscitado la destreza del célebre autor Pedro Corral en la construcción de esta narración, El médico de Esquilache, que hoy acerco hasta aquí, paso a relatar las sensaciones e impresiones varias que su lectura me ha venido a producir, intentando imitar el lenguaje grandilocuente y alejado del común que el autor usa. No siendo las habilidades de esta humilde servidora equiparables en ningún sentido a las desarrollados por el escritor ruego vuestra benevolencia y generosidad.
Yo, Carmen F., vuestra servidora, he leído con verdadero embelesamiento y admiración el relato, en forma epistolar, que el galeno siciliano Gesualdo Boncompagni hace del viaje que emprende por las tierras del norte de los Reinos de España. La finalidad de tal viaje no era otra que llevar a cabo la labor encomendada por Su Excelencia el Marqués de Esquilache para que, por esas tierras de la montaña cántabra, haga llegar la luz de la Razón y cumplir las leyes aprobadas por el Rey nuestro Señor, Carlos III, que Dios guarde: practicar la operación denominada de cesárea para extraer de las mujeres fallecidas los fetos que llevan en sus vientres y que hasta la fecha eran abandonados a la muerte junto a sus madres, perdiéndose así sus vidas y sus almas.
Marqués de Esquilache (1700 o 1708-1785)
La encomiable labor que Gesualdo pretende llevar a cabo encuentra colaboración en la persona de su colega León de Bores. Mas la voluntad de ellos dos se verá alterada por unos extraños sucesos que a ambos acontecen, entre los que se halla la aparición de una monstruosa criatura que despierta en las mentes simples del vulgo terrible pavor y estremecimiento. Pero no solo el Mal, se encuentra Gesualdo en su camino y así el corazón de la gente noble y bienaventurada como él halla también recompensa, otorgada por el Altísimo, en forma de bella y casta dama.Hallándonos en pleno Siglo de las Luces, las supersticiones, que anidan en las gentes sencillas, y la Razón, la ciencia, acaban de comenzar a librar su batalla. El relato de Pedro Corral, que es es en sí mismo un interesante compendio de novela de aventuras, sentimental, de viajes, filosófica y de intriga se presenta ante nuestros ojos como un rico y sin par reflejo del pensamiento y de ciertas prácticas médicas de la época.Pedro Corral (San Sebastián, 1963)
Mostrando aquí un par de extractos de la novela quizá puedan vuestras mercedes percibir de forma más cierta y rigurosa el espíritu del relato y decidir así su lectura, que les proveerá no solo de solaz y entretenimiento sino del alimento con el que hay que enriquecer la mente y al alma..."El corregidor es de los que sostienen que la mujer es un animal incompleto y fallido, y que la naturaleza en el acto de la fecundación siempre busca varón y solo por error o desviación genera hembra, defecto que solo habrá de subsanar, según sus argumentos, en el día de la Resurrección Universal, en que todas las mujeres pasarán a la condición de varones."
Y tras haber dejado testimonio de las impresiones al respecto de esta brillante y atractiva lectura, se despide con gratitud vuestra leal servidora."Dentro de esta impías doctrinas se encuentra el deliberado propósito de convertir la chusma en pueblo, suponiendo que todos nacemos iguales e independientes unos de otros, cuando no hay más patria de igualdad que la tétrica muerte que a todos nos aguarda. Por fortuna en estas tierras del norte, aún nos mantenemos a salvo de la perorata de tantos filósofos aniquiladores del orden."
En Santiago de Compostela, en el día de Nuestro Señora 20 de agosto de 2012
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