-Intimismo reflexivo en un marco “Histórico”, primero, e histórico, después.-
Lo que nos cuenta. Francesco Antommarchi es el médico al cuidado de un prisionero en una isla del Atlántico protegida por fragatas británicas y vigilada por guardias británicos, pero el prisionero no colabora demasiado con el doctor, que debe suponer sus dolencias mediante la observación y el análisis reflexivo que, muchas veces, le llevan a pensar en su propia vida y en el hombre como ser.
Mi opinión. Novela de ritmo muy suave (que no lento), que parte de la vida de un personaje real de la historia (con una elipsis de ficción respecto a sus verdaderos devenires vitales) para proponer una reflexión sobre el ser humano, sus deseos, sus rumbos y sus razones, ya que mucho de lo que piensa el buen doctor sobre el famoso corso se puede extrapolar a muchas personas que hemos conocido a lo largo de nuestras vidas (con distintos enfoques, hasta tonos diría yo, antes y después de la salida del protagonista de Santa Elena), muy pensada en lo técnico para ofrecer esa aparente sencillez tan difícil de lograr para los autores, que evita meterse en jardines conspirativos a pesar de que el escenario de la primera parte serviría para ello, muy corta en extensión pero que parece más fornida por cómo cuenta las cosas y la profundidad que puede ocultar entre sus páginas.
Destacado. Escrita con mucho cuidado, la novela es uno de esos ejemplos de trabajos en los que importa más el viaje que el destino.
Potenciales Evocados. No sabría decirles, la verdad, porque el tono es tan propio aunque parezca que ya lo hemos visto mil veces, que no me atrevo a sugerir “parecidos razonables”.