Ayer leía una frase muy acertada " El mejor día de la madre es poder decir Felicidades Mamá y que te digan Felicidades Mami ". Ahora ya que he abierto mis regalos y he dado los míos, me he puesto a pensar que cuando yo era una niña me encantaba hacer el regalo del día de la madre, y sobre todo como tenía que aguantar mis ganas para no dárselo el viernes según llegaba del cole. Entre todos esos regalos, me viene a la cabeza, un plato de loza blanca con flores, pintado por mí, que todavía está en casa de mi madre, y seguro que en su momento lo hice con mucho cariño y me parecía precioso, pero si os soy sincera, pasado el tiempo, me parece horroroso. No sé si mi madre pensó lo mismo cuando lo vio o lo piensa cada vez que pasa por delante, pero ha cumplido ya más de 25 años en un sitio preferente en casa...y milagrosamente no se ha roto ni ha desaparecido. Recuerdo también regalos muy típicos, como los marcos de fotos hechos con pinzas de la ropa, plantitas en un envase de yogur decorado con mucho cariño, ceniceros de arcilla, pisapapeles con una piedra pintada, figuritas de pasta de papel o cuadros en 3D ¿Os acordáis de esas postales de muñecas que se recortaban trocitos y se pegaba con silicona? No sé si los profesores de antes tenían menos imaginación, teníamos menos medios o como dicen mi hijos no existía Google.
Un año, además del regalito, se me ocurrió dar una sorpresa a mi madre y pensé que la mejor forma de ayudar y dar una alegría ese día a mi progenitora, era limpiar el salón. Lo que se dice limpiar limpiar no sé si lo hice muy bien...porque me cargué un par de figuritas. Pero no recuerdo que mi madre se enfadara conmigo.
Sin duda son regalos que están personalizados y son únicos. Y siempre hechos con mucho cariño. En los últimos años he recibido collares (que me pongo de vez en cuando), pulseras, imanes, cestitas, joyeros, marca páginas, pinzas portafolios....y puedo decir que a fecha de hoy conservo todos. Después cuando crecemos cambiamos esos regalos tan originales y únicos por otros menos personalizados. Creo que al final lo de menos es el contenido, a todos nos gusta que se acuerden de nosotros, a veces nos hace más ilusión un beso, un abrazo, un te quiero, una nota o carta manuscrita, una llamada si la persona está muy lejos o unas flores cogidas del campo. Y tú , ¿Recuerdas los regalos que hacías a tu madre en el colegio?
Por cierto mañana os cuento y os enseño los que he recibido de mis hijos.