Ken Grenda, dueño y presidente de Grenda Transit, una de las más grandes compañías de transporte de Australia, fue nombrado el mejor empleador del mundo. La peculiaridad del nombramiento es que lo recibió no a través de un concurso o sondeo, sino por sus 1.800 trabajadores.
Hace poco la familia vendió una parte de las acciones de la compañía a inversores externos. Unos 15 millones de dólares en beneficios los repartió entre sus empleados para agradecerles su labor y contribución "al éxito de la empresa". En las cuentas bancarias de cada uno de sus trabajadores, desde conductores de camión hasta empleados de mantenimiento, depositó cantidades que oscilaban entre los 850 y los 30.000 dólares.
Para los empleados esto fue una verdadera sorpresa. La mayoría incluso se puso en contacto con sus bancos dando por hecho que se trataba de un error, comentó el empresario al canal australiano Ten. Ahora Ken, quien se dedicó a los negocios la mayor parte de su vida, se siente casi una estrella de Hollywood apenas llegar a la oficina. Sus empleados lo buscan para tomarse fotos con él, su correo electrónico y su contestadora de mensajes están bloqueados con centenares de agradecimientos.
"Una empresa llega a ser todo lo buena que es por la gente que trabaja en ella y nuestros empleados son fantásticos", dice el propio Ken y destaca que uno de sus empelados “lleva 52 años acudiendo cada día a su puesto de trabajo". Fue precisamente este hombre quien recibió el mayor aguinaldo. Pero para el empresario, lo que hizo no fue nada sorprendente y corresponde a las cuatro máximas del éxito comercial: "Trata a todo el mundo como un igual; confía en la gente hasta que te den una buena razón para no hacerlo; trata a tus empleados como si fueran miembros de tu familia; y se honesto", insiste.
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