Qué hotel amigos imagínense ya estamos ante un hotel de siete estrellas, el mudo hotelero queda pasmado con una categoría que va más allá de la clasificación normal, de uno a cinco, aquí el lujo no tiene límite las diferencias son despampanantes no hay nada igual, ni más maravilloso que lo que se logro con este excepcional diseño y nivel de hotel. El Burj Al Arab aquí nada es normal, cuenta con 202 suites dobles. Imaginémonos como debe estar Alibaba dándose vueltas en su tumba si sólo la más pequeña de estas suites ocupa un área de 169 m², mientras que la mayor cubre un área de 780 m². Ósea el cuento de las mil y una noches quedo como cuento de pobretones al lado de tanta maravilla. Si la suite Real vale 28.000 dólares la noche. También tiene un servicio de automóviles Rolls-Royce de lujo disponible para cada huésped. Imagínense eso ¿Cómo lo hago? Para que me inviten a conocer tanto lujo, si para ver tanto lujo tendría que gastar en un día el presupuesto mensual del mes de 28 familias. Hay que tienen dinero algunos por Dios, pero bueno por lo menos le regalan una maravilla increíble al mundo.
Tiene nueve restaurantes, entre los que destacan el Al Mahara , Que menos está ubicado bajo el mar, ofreciendo una vista submarina a través de un vitral en forma de acuario. El Al Muntaha, está a 200 metros de altura, con una vista panorámica increíble de la ciudad de Dubái. Como si fuera poco está ubicado sobre una plataforma voladiza que se extiende 27 metros de cada lado del mástil; teniendo acceso a él a través de un elevador panorámico. En su cocina se desempeñan afamados para que hablar de los chefs, te cocinan una patata sola y sería el mejor manjar que comerías en tu vida.
La diseñadora china Khuan Chew estuvo a cargo de la decoración interior del edificio. Las instrucciones que el Jeque de Dubái le dio a Chew para el diseño de las suites y el atrio eran impactar e innovar. Khuan y su equipo utilizaron grandes cantidades de mármol, hojillas de oro y terciopelo para adornarlo, dejando niveles de detalle que hasta ahora ningún escritor ni el más afamado se le pudo haber ocurrido tanto detalle. El Jeque visitó el hotel seis meses antes de la inauguración, para dar su opinión. Las expectativas estaban cumplidas, la majestuosidad de las suites cumplió todas las expectativas pero cuando vio el atrio pintado de blanco, lo reprobó. Dejando a la decoradora con la tarea de rediseñar la apariencia del vestíbulo, añadiendo brillantes colores en el techo, una capacidad de maravillar increíble con fuentes de aguas danzantes, un espectáculo de luces multicolores y acuarios gigantes dejan pasmado a cualquier visitante, maravillas dignas de fabulas.
Bueno, abriendo este enlace le solicito al Jeque una invitación, claro no se si entenderá español pero de entrada le quiero rendir un especial aplauso por entregarle a la humanidad semejante majestuosidad.