Por mi parte, me gustaría presentaros una receta muy simple a base de pepino, que además de ser un postre sencillo de preparar, cumple la función de isótonico excepcional. La idea original no es mía, sino de mi amiga Juani Trujillo . Por lo visto esta receta es típica de algunas regiones de España. (Esta es la ventaja de tener “gastroblogger-amigas”, siempre te tienen al día sobre recetas, consejos y sugerencias sobre alimentos y toda clase de platos).
En este caso, el pepino con miel, además de ser un postre refrescante, sencillo, sano y delicioso, según mi amiga Juani es el mejor isotónico del mundo (o casi).
Se llama isotónico, a los complementos (o más habitualmente bebidas) rehidratantes. Normalmente en su composición suelen contener sales minerales (potasio, sodio, etc.) y azúcar o glucosa que ayudan a la absorción del agua, (elemento vital para el buen funcionamiento del cuerpo humano y del ser vivo). Algunas veces están enriquecidas con vitaminas normalmente hidrosolubles (grupo B y C).
El pepino con miel es un refrescante postre típico de algunas regiones de España (yo lo desconocía completamente) y además, gracias a las sinergia de ambos ingredientes, se convierte en un agradabílismo y eficaz isotónico. ¿Porqué?
El pepino es muy rico en agua y contiene sales minerales entre los cuales destaca el potasio y en menor proporción fósforo, magnesio y silicio, además de vitamina C, provitamina A y vitamina E y en proporciones menores, vitaminas del grupo B (B1, B2, B3 y folatos).
Preparar el pepino con miel es muy sencillo:
Se pela el pepino (su piel suele resultar muy indigesta) y se corta a rodajas. Se van poniendo las rodajas de pepino, una encima de la otra, y en medio de cada capa, se vierte un chorrito de miel. El resultado es delicioso. Nosotras lo hemos probado y nos ha encantado esta curiosa combinación de sabores.