Considero que el mejor llamado que pudiese tener un creyente es el de conocer a Dios. Y en ocasiones tan grande privilegio no es aprovechado. En el antiguo pacto solamente los pertenecientes a la tribu de Leví podían ministrar en el templo, y solo a los sacerdotes se les permitía entrar a la presencia del SEÑOR. No obstante en el nuevo pacto por medio de la obra de la Cruz a los creyentes se les permite entrar directamente a la presencia de DIOS, como quien entra a un cuarto a visitar a su padre.
En la cultura judía en los tiempos de Jesús los padres procuraban que sus hijos ingresaran a instituciones donde se les discípula para aprender las Escrituras, no obstante si el maestro no veía aptitudes suficientes en ellos se les regresaba a sus casas donde tendrían que ser enseñados por los suyos. Lo increíble es que DIOS por medio del Espíritu Santo ha hecho aptos a todos Sus hijos para conocerle. Él no desechará a nadie que le busque de todo corazón, por el contrario en la medida que le busque recibirá más dones y talentos.
En la medida que los hijos de DIOS buscan al Padre para amarle y conocerle Él se revelará. Mostrando aspectos de Sí mismo que no son conocidos por todos. Solo aquellos que han probado conocer a DIOS en la intimidad le buscan incansablemente, pues solamente Él sacia. El SEÑOR es el más grande tesoro, y dichosos son todos los que se deciden a conocerlo y creer en Él.
El regalo de la intimidad con DIOS a los creyentes se les da por gracia, no obstante no fue gratuito, Jesús pagó el precio. Valora el más grande regalo que se te ha dado.
Vive el mejor llamado, el de conocerle a Él.
Autor: Richy Esparza
Escrito para Devocional Diario