El mejor menú del día

Publicado el 08 enero 2014 por Desequilibros
Uno de los principios fundamentales en el uso del lenguaje es el de economía.
Este principio de economía del lenguaje funciona no solo a nivel filológico, sino que rige, o debe regir, la comunicación. Es decir; concisión, precisión, exactitud, propiedad, rigor… básicamente, decir más con menos.
Ya lo dijo Baltasar Gracián, que nació un día como hoy de 1601, hace 400 años: "lo bueno, si breve, dos veces bueno". Frase que, seguramente desconocen, tiene una edificante segunda parte: "Y aun lo malo, si poco, no tan malo".
Pues bien; estos días de celebraciones navideñas y de grandes fastos gastronómicos hemos encontrado un ejemplo perfecto de este principio de economía del lenguaje, aplicado magistralmente a la restauración.
Este es el menú del día que era posible degustar en un restaurante de una pequeña villa del pirineo aragonés.
Dos veces bueno por breve; y no tan malo por poco.

No sé si acaso se trate de una demostración del caracter montañés o simplemente de un ejercicio de gestión de materias primas, digno de alguna escuela de negocios.
Decidan ustedes.
No tengo más datos porque solo entramos a tomar un café a media mañana. Y la camarera que nos atendió no parecía muy enterada de los entresijos del local que en ese momento regentaba.