Nosotros no somos videntes, no podemos ponernos en tu situación y saber en qué momento exacto puedes pararte e intentar recuperar ese tiempo que te robas a ti mismo, pero por lo menos vamos a intentar orientarte. Por ello, vamos a recomendarte cinco momentos para leer:
1. Nada más levantarte: Si tantas ganas tienes de seguir leyendo las páginas de esa historia que te está atrapando, una buena opción puede ser levantarse quince minutos antes y disfrutar de ellas. Te lo aseguramos, la transición entre el sueño y el día se hace mejor si entre medias cuentas con una buena historia.
2. En el transporte público: Sí, puede que hace unos días te contásemos una serie de problemas que nos han asaltado a todos los que hemos intentado leer en el transporte público, pero a veces se nos alinean los astros y encontramos un vagón o un autobús en el que tus acompañantes están completamente callados. Aprovecha esos instantes.
3. Después de comer: A veces, la mejor cura que le puedes dar a tu cerebro después de una intensa mañana de trabajo no es cerrar los ojos y dormir unos minutos, sino darle un viaje a otro mundo durante unos instantes. Lee, aprovecha esos momentos en los que el cuerpo esté centrado en el estómago y permite que se enfrasque en otra tarea más interesante.
4.En un momento de estrés: Cuando todo el mundo se te esté cayendo encima y no sepas qué hacer para continuar hacia delante frena, no te agobies más de lo necesario. Levántate de la mesa, escritorio o el lugar en el que te encuentres y date un respiro. Tu cuerpo te lo agradecerá.
5.Antes de dormir: Este momento es el típico pero, qué demonios, ¿de verdad hay un mejor momento? Seguro que entre todos estos momentos puedes encontrar alguno que pueda encajar con tus atareados horarios. ¿Cuál prefieres?