Tengo una preciosa hija de dos años. Pero también un hijo de 21 años y otro de 17, por lo que si me lo preguntaban hace una década, no imaginaba estar cambiando pañales a estas alturas. Sin embargo como reza la sabiduría popular “Si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes”, entonces las cosas cambiaron, la vida cambió y ahora estoy muy contento siendo papá por tercera vez.
Ocurre también que paso muchas horas del día junto a mi hijita, acompañándola y cuidándola mientras crece. Es por eso que me suscribí en el famoso concurso “El Mejor Papá del Mundo”. Creo que por lo menos seré finalista, y para quien quiera conocer mis argumentos, aquí les enseño las fotos que envié a los jurados.
Parte de este artículo es ficción y está inspirado en el genial trabajo del fotógrafo Dave Engledow.