El mejor vino que he bebido en mi vida

Por Rumbovino @rumbovino
Y ahora les explicaré porqué.

Ya lo presuponía allá por octubre del 2013, luego del descube y tras haber andado las terrazas de los cañones del Sil de arriba a abajo y de abajo a arriba muchas veces aireando cepas, sulfatando, vendimiando... jugando en ocasiones con la verticalidad, que si te distraes un poco puedes perder.

Lo advertí cuando publiqué aquella nota donde contaba mi experiencia como viticultor de la Ribeira Sacra en primera persona... XAN VACA 2013 es el primer vino en el que me siento total y absolutamente implicado. Vino que me permitió vivir en carne propia lo que cuesta trabajar la viña y ver su fruto convertido en caldo, y del que aprendí que nunca más sería capaz de juzgar un vino desde la comodidad del sillón de mi casa.
La experiencia de “mi primer vino”, que no es mío siquiera un poquito pero lo siento así, me dejó un antes y un después en lo que a valorar una etiqueta se refiere. Cuando lo viví, lo sufrí y lo disfruté, estuve seguro de que ese sería uno de los mejores vinos que bebería en mi vida.
Y ya pasó casi un año de aquella declaración de amor incondicional. Llegó el día de probar aquel tinto nacido de las propias entrañas de las pendientes del Sil, en Doade. Cepas de unos 20 años donde la Mencía comparte su espacio con algunas garnachas tintoreras, y unas cepas blancas esparcidas por aquí y allá. Este vino es puro vino...levaduras autóctonas, fermentación incontrolada (fuimos 5 veces a la bodega a intentar descubar mientras las levaduras seguían disfrutando a sus anchas de los azucares que la uva les brindaba), finalmente descube, un par de trasiegos y listo... Esencia pura de la Ribeira Sacra.
Si tenemos en cuenta que la cosecha del año pasado (2013) no ha sido de las mejores ni mucho menos, me pongo a pensar en cuánto habrá influido la decisión de Mario de adelantarse una semana en la vendimia (en mi inconsciente estoy seguro que mucho), sin hacer caso a los mandatos establecidos por la DO Ribeira Sacra , evitando las lluvias de esa semana, logrando igualmente una buena madurez pero obteniendo unos racimos sanos y fuertes. Obviamente, él puede hacer lo que quiera con su viña porque su vino no se vende, es solo para disfrute personal y de sus amigos.
Volviendo casi un año atrás. Tras el descube probé un sorbo de ese anticipo de tinto y me supo a gloria...parecía como si el vino quisiera avisar que iba en serio.
Un poco más acá en el tiempo. Hace unos dos meses más o menos, fuimos a la bodega tras sulfatar y preparar las vides para esta nueva cosecha y aproveché. Apenas tomé un sorbo de Xan Vaca robado del taque de acero inoxidable donde aún descansaba... confieso que solo fueron dos sorbos y un par de olisqueos rápidos, pero no me quedó ninguna duda de lo que había allí dentro era muy bueno.
Llegó la noche de cata... para acompañar, unas empanadas criollas caseras y sopaipillas chilenas caseras...
Comenzamos a despuntar vicio con DEMO NEGRO 2013, el blanco salvaje que elaboramos con Mario. Este año más seco que en su versión anterior. En nariz y boca me recordó a un Riesling... salvando las distancias y con perdón por las comparaciones. Final amargoso y disfrutable.
Y tras largo insistir a su creador llegó la estrella de la noche, XAN VACA 2013, estrenando etiqueta y reclamando atención...
Color rojo picota, capa media, limpio, brillante y unas piernas que más de un gran vino desearía lucir. En nariz sus aromas son de intensidad media y dominan las notas minerales (a mí me recuerdan a las cenizas y piedras) y unos frutos negros sutiles sobre el fondo. Nada rimbombante...más bien austero, pero de mucha sinceridad. En boca es franco y sabe a lo que huele. Sobre todo minerales y fruta negra. Su acidez está en perfecto equilibrio... es menos ácido de lo que suelen dar los caldos puros de la Ribeira Sacra. Taninos redondos, paso por boca ágil y sedoso. Final con tenue amargor y de persistencia media...
Acabo de hacer una descripción casi técnica de un vino que no es nada técnico ni tampoco pretende serlo. Si lo explico de otra forma lo haría como en poesía y perdería la realidad y seriedad que este tinto casero de la Ribeira Sacra tiene.
Les aseguro queridos amigos, quienes han logrado sobrellevar la lectura hasta este punto, que si este vino estuviese a la venta se agotarían los 700 litros que hicimos en tan solo un día y el discípulo de Robert Parker le hubiese puesto un 50 sobre 100.
Pero por suerte, aún nos quedan muchos litros para disfrutar de un vino auténtico. 

Gracias por leernos,Rumbovino, difundiendo la cultura del vino y en favor del consumo moderado.

Salutes!