“En 1932 Berlín no era lugar para aburridos: la ciudad de los altos intelectos y los bajos instintos, de los tres teatros de ópera y la famosa filarmónica, de los veinte mil bares, restaurantes y cabarés, donde podía oirse el mejor jazz del continente.
Un tornado de idiomas, escaparates deslumbrantes, donde acudían turistas de todas partes del mundo en busca de sexo para ver, sexo para comer, sexo para usar y tirar.
Una ciudad llena de locales para heterosexuales, homosexuales, lesbianas, parejas, fetichistas, masoquistas, voyeurs y para cualquier otra tendencia que el visitante quizás no había ni imaginado que existía.
Histérica, deslumbrante, sórdida, siempre viva, los berlineses decían que en su ciudad ..."ni los animales dormían”
Es el final de una época, donde la ciudad alegre y despreocupada que ha sido siempre, está cambiando por momentos. Donde algunos, como por ejemplo el líder del partido nacionalsocialista Adolfo Hitler, exaltan la crueldad y el odio hacia todo lo diferente a la raza Aria, particularmente hacia los judíos.
Los judíos siempre hemos sido la diana de los alemanes cuando las cosas van mal. Somos solo quinientos mil en un país con más de sesenta millones de habitantes, pero destacamos demasiado: los mejores artistas, los mejores científicos, los grandes hombres de negocios. Los nazis saben que hostigarnos da votos, pero al final no pueden engañarse: nos necesitan para que el país funcione, para salir de esta crisis, para crear los puestos de trabajo que prometen.
Con sus mensajes breves, claros y brutales, promete paz, trabajo para todos y el retorno de una Alemania poderosa, la más poderosa del mundo. Pero ¿a costa de que?
«Si queremos que Alemania viva, debemos eliminar a los judíos». Nos quedamos sin saber si lo decía en broma o en serio, pero no había más que mirarle a la cara para darse cuenta de que no tiene mucho sentido del humor. «¿Cómo piensa hacerlo? ¿A garrotazos?, le preguntamos todavía un poco incrédulos. «¡Ojalá! ¡Si no hubiera tantos!
O como el hombre del momento, Erik Jan Hanussen, también conocido como "El Mentalista", con poderes reconocidos oficialmente por los tribunales, que parecía aprovecharse de la fiebre por lo sobrenatural y temas similares que sufría toda Europa. Carismático e influyente, con un pasado que prefiere mantener en secreto, se convierte en el Mentalista de Hitler, vaticinando que éste llegaría a ser canciller.
Dos personajes, el Führer y Hanussen, con muchos puntos en común: ambos nacidos en el mismo país y el mismo año, los dos Aries, y ambos heridos en la guerra. Demasiadas coincidencias, para un destino que sin duda no podrán compartir.
Tengo que aclararle una cosa -dijo el Führer, apartándose el flequillo de la frente-, no creo en la videncia ni en la astrología. Yo trazo mi propio destino, marco mis metas y las cumplo. El éxito solo depende de mí mismo, del convencimiento que tengo de que Alemania me necesita. Me resulta particularmente repugnante la idea de que dos personas nacidas el mismo día compartan una misma suerte. ¿Acaso quiere eso decir que yo y, por ejemplo, un judío o un negro podemos ser iguales, que estamos regidos por las mismas estrellas?
¿Saldrán a la luz todos los secretos que oculta El Mentalista? ¿De qué manera influirán en su futuro y su destino? ¿Para bien o para mal?
Se crió a caballo entre la Unión Soviética, Argentina y Reino Unido, aunque actualmente ha establecido su residencia en España.
Es hermano de la también escritora Carmen Posadas, con la que colaboró en "Hoy caviar, mañana sardinas", obra ganadora del Premio Sent Sovi de literatura gastronómica en el año 2008.
Después escribió “La venganza es dulce” (2009), “Pájaros de papel” (2010) y por último “El mentalista de Hitler” en 2016.
Por otra parte también es cierto que, aunque el tema me atrae, siempre me ha agobiado un poco leer algo o ver una película que trate sobre tal atrocidad. Me parece tan brutal y tan triste que ocurriera algo así…
Pero “El mentalista de Hitler” no es la típica novela ambientada durante el meollo de la segunda Gran Guerra, por eso me animé a leerla. Posadas retrocede más aún en el tiempo (entre marzo de 1932 y marzo de 1933) y nos pone en antecedentes de cómo se va fraguando la catástrofe, sobre cómo Hitler consigue llegar al poder y convertirse en el líder todopoderoso que llega a ser.
Toda una serie de sucesos encadenados en un país que está inmerso en una profunda crisis económica con más de seis millones de parados, y que muy probablemente fueron el germen de la masacre.
Me gustan las novelas históricas noveladas con personajes que existieron en la realidad, que han sido el fruto de un amplio trabajo de investigación por parte del autor. Como en ésta que hoy reseño, donde todas y cada una de las personas que aparecen en el argumento (exceptuando el narrador y algún figurante según Posadas) vivieron en Berlín durante esa época.
Hanussen existió, es alguien real (aunque sea bastante desconocido en España), alguien que representó para bien o para mal un papel verdadero en esos últimos años de esplendor berlinense. En el libro, hay quién piensa que no es más que un farsante, pero la mayoría sí confía en sus poderes mentales, y se deja engatusar por su arrollador carisma, como le sucede al mismísimo Hitler.
Era un showman hasta cuando estaba fuera de los teatros, parecía como si un potente foco lo siguiese constantemente. Empezó a alternar sus actuaciones con consultas privadas y colaboraciones con las policías de distintos países en la resolución de distintos crímenes, desde robos, pasando por secuestros y hasta asesinatos.Y por contaros algo del narrador y protagonista de la historia, el periodista Pepe Ortega, os diré que a través de unos cuantos contactos influyentes consigue infiltrarse en la alta sociedad y conocer a Hanussen, quién le ofrece trabajar para él. Además sufrirá por amor, desamor, y se verá arrastrado en la marea de los nuevos acontecimientos que asolan Alemania.
¿Qué me ha parecido? ¿Me ha gustado?
Sí, la novela me ha enganchado bastante, aunque a veces, el ritmo me ha parecido demasiado pausado, sobre todo al final. Reconozco que me ha aburrido un poco tanta descripción política, y creo que se podría haber obviado algunos detalles que para mi gusto le han restado agilidad al argumento.
Me ha gustado especialmente conocer curiosidades sobre la vida y persona del que fue canciller de Alemania y el contexto histórico de la novela.
Pobrecito, era un niño tan enfermizo, siempre estaba malo y su madre tenía que cuidarlo, lo mimaba mucho. Quizás por eso su padre le tenía tirria. Claro que el viejo Alois tenía un carácter de mil demonios; en cuanto llegaba con un par de cervezas de la cantina, y créanme que era muy a menudo, se liaba a dar correazos a sus hijos y no paraba.
Y aplaudo el trabajo de investigación que sin duda ha llevado a cabo el autor y sobre todo el haber sacado a la luz la figura de El Mentalista.
Este libro se lo recomiendo a todo el mundo, tanto si os gusta la novela histórica como si no, e incluso a los que os declaráis totalmente saturados u os podáis sentir agobiados con el tema nazi. ¿Por qué? Porque tiene un argumento distinto y abarca un contexto histórico distinto a lo que estamos más acostumbrados a leer.
Hace un año dije que Hitler sería canciller, hace unos días que alcanzaría el poder antes de final de mes. ¡Y acerté!
Mi nota máxima para Gervasio Posadas: