Resulta que Traben-Trarbach es un pueblo que durante el siglo XIX fue el segundo mayor productor de vino de Europa gracias al éxito del entonces ya codiciado Riessling. Como no daban abasto en la conversión de la uva en vino , y tampco tenían sitio , se vieron conminados a construir bodegas bajo tierra.
Así es que como en Aranda de Duero, esta localidad está dotada de un tunel subterráneo a cuyos lados se acomodan las bodegas, y hace unos años han decidido dar calidez a su mercadillo navideño y organizarlo al calor del "bajo tierra" o según la traducción literal del alemán "unterwelt" que sería bajo mundo.
El mercadillo huele a vino, y el ambiente especial de estar bajo tierra dota a este evento de una atmósfera singular. Son muchos los artesanos locales que ofrecen su mercancía, y a medida que va cogiendo su fama , cada vez más son los artesanos y músicos internacionales que ambientan este agape navideño.
Artículos decorativos de alta calidad, regalos, especialidades culinarias de la ribera del Mosela, y cómo no, productos relacionados con el vino y sus derivaciones a productos para spa, tanto así como antigüedades y moda creativa y joyería , son algunos de las variedades que puedes comprar en este espacio subterráneo.
UNA OPORTUNIDAD PARA CONOCER TRABEN-TRARBACH
Esta curiosidad de acercarnos a este original evento navideño es una oportunidad excepcional para conocer este pueblo, y sobre todo hacer una incursión profunda sobre el vino Riessling. Más de 100 bodegas hay en los alrededores que te permitirán tener un aproach profundo a esta uva blanca originaria de la zona del Rhin , que ocupa el 20 % de la producción de vid en Alemania.
Gracias a sus estrechos vínculos con Prusia y su condición de enclave protestante en el río católico Mosel, la ciudad se encontraba en una posición ideal para llevar a cabo negocios rentables de comercio de vinos. Inicialmente, los vinos se exportaban a los países europeos vecinos y al extranjero. La enorme prosperidad y riqueza generadas por el comercio de vinos formaron la base para la construcción de nuevos edificios en estilo patricio.
Las comunidades de Traben y Trarbach, que permanecieron independientes hasta 1904, se consolidaron en una sola unidad administrativa por decreto oficial, lo que significaba que se debía construir un puente para unir las dos ciudades. No menos que el arquitecto estrella de Berlín, el profesor Bruno Möhring, ganó el concurso nacional de arquitectura, que se llevó a cabo para el diseño del nuevo puente. Hasta ese momento, había estado trabajando como arquitecto independiente en la acería Gutehoffnungshütte en Oberhausen.
En Traben-Trarbach, Bruno Möhring aprendió a amar el paisaje de Mosel y conoció a los principales distribuidores de vino de Mosel. Pronto llegaron nuevos pedidos y muchos edificios únicos fueron diseñados por él, que todavía se encuentran en excelentes condiciones en la actualidad.