Sí. No hay duda. Estamos en el primer día de Diciembre y, además, sin red, jugándonos el tipo.
Los norteamericanos ya han llorado, como lloran en las pelis, en su día de acción de gracias. Y nosotros, en cambio, estamos dando gracias a nuestro destino que pese a tener los políticos que tenemos, y como somos como somos, seguimos sobreviviendo, más que nada porque así fastidiamos a los que no nos quieren aquí. Y ya estamos mirando hacia abajo, por si nos caemos, donde está la nada, y te da ganas de gritar. Y miramos también arriba, por si triunfamos, y llegamos al Olimpo de la felicidad plena.Ha pasado ya casi el año entero, y en el mejor de los casos, estamos con el mismo pelo que el año anterior, e incluso algunos, como este vecino del mundo, con un ojo menos, y no es el de atrás, precisamente. O sea, y ahora mismo me doy cuenta, este año me ha costado, y es literal, un ojo de la cara. Y luego dirán que vivir, por lo menos sobrevivir, no es caro.Claro, vivir es un lujo, porque entre otras cosas, nos da más tiempo a seguir coleccionando lindezas del “famoseo” nacional. Y nos enteramos, en versión Francisco Rivera, que el Cola Cao es muy difícil de preparar porque primero tienes que coger una taza, leche y … más cosas. Y yo, no sé por qué, llámenme inocente, pero estaba convencido que Francisco Rivera, Don Francisco, era muy ducho en eso de coger, y ahora parece que no. Como hubiera dicho mi madre, algo tendrá el agua cuando la bendicen, y algo tendrá el Rivera cuando le siguen haciendo caso, y continua, como decía aquella miss, ex-miss, o ex-todo, estando en el candelabro.Y por si fuera poco, nos enteramos también de que el Ayuntamiento de Madrid ha inaugurado su tradicional belén, uno de los 10 que este año se pueden contemplar en toda la capital, y además, por primera vez desde hace unos años, sin la supervisión de Carmena ni ninguno de los suyos. Los encargados de presentarlo han sido, como no podía ser de otra manera, el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, y la vicealcaldesa, Begoña Villacís. El alcalde preguntado sobre la bandera que está pintada en el pedestal en el que se erige el belén ha declarado que "no es una novedad". "Todos los que hemos tenido belenes en las casas sabemos que era también un elemento tradicional poner la enseña nacional y es lo que hemos decidido que era procedente", ha afirmado. Y este vecino, por aquello de los déjà vu de la vida, se ha acordado de que el Señor Aznar, en cambio, practicaba el catalán en la intimidad de su casa. Y se ha puesto muy triste, este vecino también, porque ha llegado a la conclusión de que en la suya, en casa de sus padres, sólo se sobrevivía,y no costaba poco. Y se ha acordado también de la zambomba y del gesto para tocarla. Cosas suyas... y de este mes que no olvidemos, es el mes de las luces, y sus consiguientes sombras.*FOTO: DE LA RED