EL MÉTODO KNOX (Knox Goes Away)

Publicado el 15 noviembre 2024 por Gerardo Pérez Sánchez @gerardo_perez_s

Entre los actores célebres que deciden ponerse asimismo detrás de la cámara se encuentra Michael Keaton. Comenzó a obtener popularidad en 1982 gracias a la película de Ron Howard “Turno de noche”, pero no fue hasta que Tim Burton se cruzó en su camino cuando despuntó entre el gran público. Se metió dos veces en la doble piel de Batman y Bruce Wayne, y dos más en la de Bitelchús, de la mano del siempre extravagante e imaginativo director californiano. Nominado al premio de la Academia de Hollywood en 2015 por “Birdman o (La inesperada virtud de la ignorancia)”, del mejicano Alejandro G. Iñárritu, y partícipe un año después de la también oscarizada “Spotlight”, sin duda se ha ganado un puesto dentro de la industria del cine. Igualmente, ha recibido un Emmy y un Globo de Oro por la serie de televisión “Dopesick: Historia de una adicción”. Se trata de un actor que ha logrado destacar tanto en la comedia como en el drama, y que a lo largo de su carrera se ha puesto a las órdenes de importantes realizadores. En 2008 dio el salto a la dirección con “Caballero y asesino”, film que pasó bastante desapercibido, y ahora nos presenta “El método Knox”, su nuevo trabajo como cineasta y actor. Thriller dramático, convencional en el fondo y pausado en la forma, razonablemente bien construido y narrado, cabe indicar que no resalta por ningún aspecto en concreto. Se mueve con soltura en una nivel medio de corrección, pero sin sobresalir. Aguanta el listón de un entretenimiento básico y su recreación visual resulta acertada. En ese sentido, puede calificarse como una propuesta digna, si bien de ritmo excesivamente lento en ocasiones, lo que desentona y no ayuda al impulso de la historia, y con algún giro de guion un tanto forzado. John Knox es un implacable asesino a sueldo con una larga trayectoria delictiva. Un día se ve aquejado por un tipo de demencia de evolución rápida y en un estado ya avanzado. Al criminal sólo le queda probar un último intento para redimirse, reconectando con su hijo y tratando de ayudarle, pero no le resultará una tarea fácil. Sus huidas personales y la lucha contra el tiempo y contra su propio deterioro se convertirán en unos enemigos complicados. A través de la fotografía y del perfil de los personajes, Keaton construye un gancho para captar la atención del espectador, si bien tal vez hubiera necesitado un guionista más versado en esta clase de relatos. Gregory Poirier, escritor de libretos como “Juerga de solteros” o la segunda parte de “La búsqueda”, no termina de combinar con acierto el drama y el thriller y, aunque la labor detrás de la cámara compensa ciertas deficiencias, otras se terminan percibiendo. En definitiva, nos hallamos ante una cinta que sirve como pasatiempo durante escasas dos horas, pero que no formará parte de las propuestas más destacadas de su género. Como integrantes del equipo artístico, figuran otros compañeros muy populares de Keaton, como Al Pacino, uno de los actores más emblemáticos del Séptimo Arte. Oscar por “Esencia de mujer” y nominado en ocho ocasiones más, su participación en la saga de “El Padrino” y en títulos como “Serpico”, “Tarde de perros”, “El dilema” o “El irlandés” lo alzan como un referente indiscutible de la profesión. Menos famosos, pero también conocidos, intervienen James Marsden (“Encantada: La historia de Giselle”, “27 vestidos”, “X-Men”), Marcia Gay Harden (estatuilla dorada a la mejor actriz secundaria por “Pollock: la vida de un creador” y nominada por “Mystic River”) o Joanna Kulig (habitual intérprete de Pawel Pawlikowski (“Ida”, “Cold War”). Junto a ellos, cabe mencionar a Ray McKinnon (“Mud) y Paul Perri (“Hunter”, “Memorias de un hombre invisible”).