Después de las recientes elecciones vascas y gallegas, el líder morado hace una de las declaraciones más jugosas de los últimos tiempos:
“Perdemos credibilidad cuando tratamos de presentarnos como moderados en la formas. Al incidir sobre una palabra que se asociaba a la moderación, al no dar miedo, se nos percibió como unos mentirosos al decir que éramos socialdemócratas”.
“La próxima dirección política de Podemos no puede ser ni ‘errejonista’ ni ‘echeniquista’ ni ‘anticapitalista’, tiene que ser la dirección de la organización que está a llamada a liderar un espacio político más amplio para todos. Si existe el ‘pablismo’, desaparece Podemos”.
Me alegra que de forma explícita, sin medias tintas, el Sr. Iglesias recoja lo que veníamos expresando en este espacio desde hace meses: La izquierda radical busca un enemigo imaginario en cuyo nombre cercenar nuestras libertades dado que, de otro modo, todo sería mucho peor. Los mercados, el Ibex 35, los ricos, la casta, términos ya manidos en boca de D. Pablo, son el rival a batir, a destruir, a trocear, para dar paso a la PAH (textualmente señalado por el político progresista en las anteriores delcaraciones) como signo de transversalidad. Veamos; no me he enterado bien del asunto: El enemigo político es el Ibex 35, pese a ser un índice que difìcilmente es enemigo de nadie, y cuyas empresas dan empleo a millones de trabajadores españoles; por lo tanto, debe actuarse contra él. Y dejar que quienes, por diferentes motivos, se hicieron morosos de los bancos, o de quien sea, se conviertan en el referente político y de transversalidad españoles. Supongo que todo ello gestionado por el mesiánico líder morado, dispuesto a solucionar de este modo los problemas generales que aquejan el país. Perdonen ustedes, pero cuando menos, me inspira una profunda desconfianza.