El miedo a ser

Por Neuriwoman


"No seas tan blando que te expriman, ni tan duro que te rompan".
(Proverbio árabe)

Habitualmente cuando usamos la palabra “blandos” nos referimos a personas que nunca saben imponerse, predispuestas a que les tomen el pelo o a que no les hagan caso. Personas que muestran demasiada cercanía emocional o condescendencia hacia los demás, que no saben poner límites saludables y por ello no los ponen.

Sin embargo cuando decimos “duros” nos referimos a personas con una cierta falta de sensibilidad, muy fríos o demasiado exigentes y rígidos. Gente que manifiesta demasiada distancia emocional. Por tanto este tipo de persona no sabe poner límites saludables y los ponen mal. 

 La diferencia entre ambos tipos es que la persona “blanda” tiene un defecto de límites y la persona “dura” tiene un exceso de límites.

A nivel emocional esto se traduce en que ambos tienen miedo aunque no lo expresen de forma consciente. Porque el ser humano desde que nace busca consciente o inconscientemente ser querido y después ser aceptado en el grupo, por ello básicamente lo que tienen ambos tipos es miedo a “no ser queridos”.

La paradoja es que los dos consiguen justamente el efecto contrario y si te preguntas sobre el origen de estas creencias limitantes es muy probable que se hayan ido forjando desde la infancia porque nuestro cerebro funciona solo en presente, el circuito neuronal sobre las creencias que teníamos cuando éramos jóvenes se puede activar aquí y ahora en un instante.

Así que el primer paso para corregirlo es que seamos conscientes de ello, lo aceptemos y estemos en disposición de querer cambiarlo. Todo ello a través de un proceso de trabajo que denominamos autoconsciencia y autoconocimiento que mejorarán nuestra inteligencia emocional.

Imagenes del fotógrafo surrealista digital:  Ben Goossens.