El Miedo Al Cambio Laboral

Por Leunam77

Si hay algo que caracteriza a la situación del mercado laboral actual es el miedo al cambio, y eso se traduce en ver cualquier posibilidad nueva como una amenaza, en lugar de una oportunidad. La mayoría de personas viven aterradas por quedarse sin trabajo, y las que ya lo han perdido temen que su situación se prolongue demasiado tiempo y no encuentren un nuevo trabajo. Entre tanto temor, poco espacio queda para afrontar la situación de cambio con positivismo, abierto a ver otras perspectivas y encontrar nuevas oportunidades en nuestra vida laboral.

Mediante el Coaching acostumbramos a mostrar a las personas que existen más alternativas que las que normalmente tienen en cuenta a la hora de analizar una situación o problema. Por lo general, siempre hay alguna opción diferente, algún punto de vista adicional, o una forma distinta de afrontar un acontecimiento o unas circunstancias diversas.

A nivel laboral, estamos ante un cambio de paradigma que ofrece muchos ángulos posibles de visión, algunos positivos y otros no tanto. Sin embargo, tomar conciencia de la realidad que nos rodea y de los cambios que sobrevienen es necesario para que no nos cojan desprevenidos y arrasen con todo. La clave es pues vivir despierto. Eso es, vivir con conciencia, lo cual implica perder el miedo a los cambios laborales. ¿Y por qué? Pues la respuesta no es otra que una vez que uno toma conciencia de la temporalidad de todo suceso, así como del paso de nuestra vida por este planeta, podemos relativizar cualquier suceso, por importante y urgente que nos parezca de entrada.

Cuando se nos despide podemos vivir una gran ansiedad, y es comprensible, pero no es el fin del mundo. Claro que es el fin de una fase de nuestra vida laboral, y que las cosas sufren un cambio a partir de entonces, pero la nueva situación también puede suponer un enriquecimiento personal, un aprendizaje y hasta una oportunidad de desarrollo profesional dado el caso.

Mientras que algunos se afanan por proclamar que el cambio es el fin del trabajo por cuenta ajena, los datos actuales no revelan en absoluto que eso esté sucediendo. ya que la mayoría de personas siguen trabajando para empresas y empresarios. Aún así, es evidente que las cosas tampoco volverán a ser como eran en el sentido de la enorme preponderancia del trabajo por cuena ajena. Quizá convivan durante mucho tiempo ambas modalidades, siendo el trabajo por cuenta propia el que experimente un crecimiento, visto que proviene de bajos niveles respecto el trabajo por cuenta ajena.

Según fuentes consultadas por Forbes, el reconocimiento de los temores, la comunicación efectiva y la disponibilidad para asumir funciones relacionadas con ese cambio resultan indispensables para vencer cualquier tipo de miedo.

Según Joyce K. Reynolds (experto en negocios):

“Reconocer y aceptar el cambio será el primer paso para controlarse a sí mismo

El cambio a nivel laboral empieza por el trabajo en uno mismo, que es lo que marca la diferencia para pasar de ser un trabajador mediocre a un trabajador motivado, creativo, con iniciativa, comunicativo, conciliador, asertivo, etc.

Las empresas suelen tener miedo al cambio, y en concreto a la posibilidad de que sus trabajadores progresen y fruto de ello abandonen el negocio para ise a otro sitio mejor. Lo que ocurre es que muchas veces no se tiene como prioridad tener al empleado satisfecho, sino que se pretende que éste se resigne, que acepte sus tareas y no ponga pegas al hecho de tener que sacrificar su formación y desarrollo profesional para dedicarse solo al mundo laboral en el que está.

Sin embargo, hay otra manera de que uno enfoque su carrera profesional, que consiste en hacerse la idea de que tener un trabajo no es un fin en sí mismo y que cambiar, mejorar y progresar puede venir de uno mismo, sin necesidad de que sea la empresa en la que estamos la que nos lo proporcione. Por supuesto, para ello tenemos que tomar las riendas de nuestra vida laboral, liderar el cambio dejando de lado los miedos, y anticiparnos a los acontecimientos, o sea, tomar los riesgos directamente nosotros sin esperar a que las circunstancias nos obliguen a ello.

Como nos recuerda esta frase de Andrew Fashion, posponer continuamente la tarea de enfrentarnos al cambio únicamente nos conduce al fracaso:

Haz que suceda hoy, no mañana. Mañana es la excusa del perdedor”.