Nunca es fácil despedirse de alguien o de una situación, porque muchas veces pensamos que no vamos a conseguir algo o alguien mejor detrás de ese acontecimiento pero nos equivocamos, cuando algo no nos beneficia estamos malgastando nuestra energía, cuando lo que debiéramos hacer es enfocarla en algo que nos enriquezca como persona y no solo de forma monetaria, si no en estar en paz con uno mismo , enfocar nuestra energía en lo que nos gusta , sacarle provecho , pero nos enfocamos tanto en los recuerdos , en el pasado , y pensamos que es mejor quedarse ahí donde nada florece, llega un momento que hay que liberase de esos apegos tóxicos ya sean personas, relaciones, estilos de vida, no es bueno estar amargado o estresado por situación que no podemos cambiar por eso debemos cambiar nosotros, si siempre cometemos el mismo error porque esperamos que esta vez sea diferente si sabes que no va hacer así, cierra esa puerta y comienza de nuevo.
Para que me entiendan mejor lo que les intento decir , hace un tiempo sentía que mi corazón estaba en una especie de alquiler de un apartamento reluciente, blanco marfil , lujoso de cristal y a pesar de ser muy atractivo con acabados de primera, también era muy costoso, así que decidí que tenía que ajustar mi presupuesto, a uno que me costara menos tristeza, ya que me sentía como prisionero de lo que sentía , así que empecé a realizar cosas que me gustaban arte, cine, clases , ejercicio, tener nuevas amistades , ya que me privaba de ciertas cosas que quería realizar por excusas que ni yo mismo entendía , así fue como le dije adiós a todas esas excusas y me fui a conocer el mundo, ese miedo lo que hacía era limitarme cuando había muchas cosas interesantes por hacer y las cuales valían la pena aprovechar.