¡El miedo ha hecho del hombre un bastón! (1977)

Publicado el 14 enero 2012 por Elcabrero @JoseELCABRERO

La reciente Matanza de Atocha, perpetrada por aquellos miserables fascistas de la Alianza Apostólica Anticomunista, había atemorizado a Pepe Carrasco y, de las letras que nos presentó para el tercer disco, José sólo seleccionó unas cuantas. “¡Me tienes que hacer cosas que hablen de lo que siento y éstas no dicen na…”  Carrasco confesó que tenía otras pero que eran tiempos  difíciles y  había que andarse con cuidado, que ya habría lugar… Ahora, al revisar mi diario, recuerdo la expresión de José cuando le respondió; la mirada no dejaba lugar a dudas y la contestación menos aún: “Pues a mí, estas cosas, me ponen todavía más rebelde y con más ganas de cantar contra estos criminales… ¡El miedo ha hecho del hombre un bastón!” Carrasco se echó a reír y sacó, de una carpeta que siempre llevaba consigo, un abanico de páginas: “¡Aquí tienes:  sabía que me ibas a decir eso!”

Nosotros ya teníamos algunas letras y, con esos mimbres hicimos la canasta. No hace mucho, viendo en los informativos a la gente buscando comida en los contenedores, José recordó una de las letras de este disco… ”Locura, tengo una pena mu grande, que se convierte en locura, veo este pueblo, que es mi sangre, rebuscando en la basura, porque se muere de hambre” Quién iba a decirnos, después de tantos años, que la avaricia y crueldad de los especuladores y la bajada de pantalones del gobierno pondrían este fandango de  actualidad.

Portada de “Tierras duras” (1977)

En la selección de letras hecha por José encontré muy definida su personalidad y una unidad en la intención, el estilo y el tono que no había en primeros discos y lo quería poner en evidencia, también, en la carpeta. Días atrás, nuestro recordado amigo, Paco Millán, aficionado al cine y la fotografía y periodista de oficio, se había ofrecido a hacer el reportaje y el texto de presentación y no lo dudé: fui a verlo y prescindimos de los fotógrafos de la Bélter (Que eran buenísimos, pero no se trataba de eso) Se hizo una carpeta doble para el LP y, en su interior, a dos páginas, recuadros con más fotografías, todas tomadas en los lugares donde José habitualmente iba con las cabras, y bajo cada una, fragmentos de los textos del disco. La guitarra, como en el anterior, era de Eduardo de La Malena.

En 1977 se volvió a presentar al Concurso Nacional de Córdoba e hizo una soleá, con tercios de Manolito el de María, de mucha calidad y todos dieron por hecho que el premio, por ese estilo, era para él.

Carrasco me llamó de madrugada, desde un bar: “Ha hecho la soleá de Manolito de María de durse, pa comérselo, el premio es pa él, seguro”. Y hubo gritos de protesta en el Gran Teatro cuando anunciaron que el premio por soleá quedaba desierto, solución salomónica al no haber puntuado nadie por encima de José. Más tarde se supo que algunos miembros del jurado se sintieron ofendidos porque José llevaba las botas con restos de barro (para ellos, sucias) y, sobre todo, porque antes de cantar había saludado al público pero no a ellos, al Jurado.

“…Buena gente, peculiar y sincero, tropezó en el Concurso de Córdoba con quienes no disimularon su sorpresa – y desconocimiento – por su atuendo de cabrero. Y le quitaron toda posibilidad: fui testigo y en minoría en aquel jurado del rechazo” (Nueva Andalucía, Paco Millán).

De regreso a Sevilla, al bajar del tren, se encontró con Luis Caballero que iba a la Peña El Sombrero, en Triana, donde estaría también Mairena. Lo invitó y José le cantó, al maestro, por Soleá de Alcalá y éste le dijo: “ Hoy, de los jóvenes, pocos suenan como tú, por Soleá. Tienes tres cosas fundamentales: y se llevó la mano a la cabeza, a la garganta y al corazón. Se lo conté, por la mañana, a Paco Vallecillo y me dijo: “Elena, a El Cabrero, le ha dado Mairena anoche el premio que negaron en Córdoba”


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