El movimiento Zeitgeist, en mi opinión, es cómo la película Thrive o Inside Job. Se trata de arrancar la médula espinal a la sociedad occidental, su soporte, su sustento milenario: el cristianismo como sistema de valores, guía espiritual, es el "cómo" de nuestra sociedad. Destruir el cristianismo fue la meta que se propusieron tanto los estalimistas como los nazis. Pero no porque no creyeran en esa religión, sino porque toda religión, de re-ligare, es un poderoso lazo de unión entre las personas que componen una sociedad, una comunidad. El medio de control del pueblo por el poder pasa por la destrucción de la familia, la comunidad, la espiritualidad y las creencias.
La doctrina del shock, el MK Ultra, la escasez de energía, el cambio climático o la crisis económica son las versiones contemporáneas de la amenaza del exilio, la excomunión, el castigo divino o el infierno del pasado. Nos reímos de que en la Edad Media la gente creía en el fuego eterno del Infierno mientras vivimos con miedo constante en nuestra vida social, laboral y personal. El problema es que nuestro miedo no es visible para nosotros mismos, sólo el de los demás.
Entramos en una era en la que ya no habrá ricos ni pobres, sino sólo esclavos y libertos. Botín vive ya en un estado de esclavitud completo, cada mañana se levanta temeroso de perder en la bolsa de Tokyo o de no ganar en la de Nueva York. Cada minuto de su vida está movido por el miedo, el miedo a perder el control. Su inmensa fortuna no le hace ni más feliz ni más libre. al contrario. En mi familia, tengo una persona que tiene casas y pisos por todas partes, hace tiempo que hubiera podido retirarse a descansar y disfrutar de la vida, pues no, está tan acostumbrada a tener un nivel de vida tan alto, que tiene que seguir trabajando a sus 62 años, a pesar de su gran patrimonio. Es rica pero esclava. El dinero es el medio que tiene el poder de controlarnos, pero está también en nosotros la posibilidad de liberarnos del dinero, luego del control. Pero la libertad no es cómoda, ni fácil.
Félix Rodrigo compara el momento actual al final del Imperio Romano, cuando la ciudad de un millón de personas que era Roma, en un tiempo pasó a ser una aldea de apenas mil habitantes.
¿Qué pasó con ese millón de personas? No se sabe, murieron, se fueron, huyeron.... Chi lo sá.
Lo mismo puede volver a ocurrir.
En esta interesante charla, el entrevistador está frito por que Krishnamurti le diga cómo se consigue la lucidez, la libertad. Y cada vez, el sabio le contesta que no hay un cómo, que ése no es el problema. el entrevistador no parece muy convencido. A veces parece que no entendiera lo que el sabio le dice.
En efecto, no existe un cómo, pues si alguien te dice cómo tienes que hacerlo, ya te estás sometiendo al dictado de otro, cuando el único dictado válido es el que está en nuestro interior.