El último argumento independentista de Artur Mas se asienta en datos económicos recientes: Cataluña exporta ahora la mitad más que en 2009, el paro ha bajado en la región al 22 por ciento, y su economía cayó la mitad que la media española, según proclama la Generalidad.
Unas cifras que podrían estar falseados y ser solamente una muestra más de manipulación nacionalista para demostrar la bondad de sus deseos.
Aunque hay algo de cierto, en razón de la laboriosidady ccapacidad comercia catalana, pero también gracias a las ayudas del Estado a una economía incapaz de emitir deuda porque sus bonos son basura.
Lo que está comprobado es que hay numerosas empresas catalanas de éxito que aportan datos positivos ahora que parece salirse de la crisis.
Por ejemplo, Comsa, constructora de la línea 3 del metro de Ankara, la capital política turca, inaugurada el miércoles por Mariano Rajoy en un mitin-encerrona para hacer propaganda del partido islamista AKP del primer ministro Erdogan.
Comsa es un caso paradigmático que demuestra el perenne apoyo del Estado a empresas catalanas, como se deduce del estudio de la Universidad Politécnica de Barcelona “Las empresas familiares en el sector de la construcción”.
Fundada en 1891, Comsa, la compañía de la familia Miarnau, recibió importantes contratos para ampliar los ferrocarriles catalanes, los primeros de España.
Tras décadas de muchos más contratos estatales, Franco multiplicó sus éxitos con concesiones por toda España de carreteras, ferrocarriles, puentes, ampliaciones de ciudades, incluso las primeras autopistas nacionales, también en Cataluña.
Sin Franco, Comsa, hoy Comsa-Emte, compañía de la que presume Mas como ejemplo del éxito catalán para independizarse de España, sería mucho menor.
Ni siquiera Mariano Rajoy tendría que oír tediosos y milagreros fragmentos del Corán para poner en marcha unos vagones de metro.
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SALAS