Recientemente una moto que tenía se le ha quedado pequeña, y había llegado el momento de guardarla en el trastero para dejar paso a su nueva bici (sin pedales). Le conté que muchas de sus cositas, ropa, juguetes, la cuna, de cuando él era bebé ahora se las daríamos a la prima porque él ya era grandote y no lo necesitaría. He aquí nuestra conversación con relación a su moto:
- Cariño como la moto se ha quedado pequeña se la vamos a dar a la prima, para que cuando ella crezca puedas tu enseñarla a montar. Tu ya serás muy mayor e irás en una bici de pedales como la de papá.- Sí mamá, se la guardamos a la prima, y yo la diré: no prima, tu no puedes montar en bici, eres muy pequeña, la bici es para mi que soy mayor, ahora tu montas en esta moto y yo te enseñaré.
Le llena de orgullo ser el mayor.
Otra cosa que le parece divertida es hacer regalos a su futura prima. Nos ha oído a su papá y a mi hablar sobre que es conveniente comprar sábanas para la cuna y alguna toalla más (aunque ya tiene unas poquitas de Lucas). Y nos cuenta lo siguiente:
- Mamá tenemos que ir a la tienda a comprar para la prima sábanas para la cuna y una toalla gigantesca para el baño (le gusta todo lo gigantesco, que le vamos a hacer). La prima me va a regalar a mi un coche nuevo con boca y ojos.
Parece que el vínculo inicial ya está establecido. Ahora atosiga a mi hermana cada vez que la ve con el nombre de la nena. Ellos aún no lo tienen decidido y como han pasado tanto miedo estas últimas semanas prefieren esperar un poco más para elegir el nombre. Pero claro, eso no puedes decirle a un niño, así que mi hermana le ha dicho que cuando la peque nazca la mirarán a la carita juntos y decidirán que nombre es bonito para ella. Mi hijo estaba más ancho que pancho, él era el protagonista, él iba con su Tata a elegir el nombre de la bebé.
Así que él ya está participando en esta nueva aventura de un bebé en la familia, no lo percibe como una amenaza y a mi me gusta que haya entendido ese papel protector de primo mayor que le toca.