Pues sí. Señoras y señores, Madrid será otro Madrid. Y de una ciudad endeudada, maltrecha, ruidosa, sucia, contaminada, sin apenas servicios sociales, con tráfico a tope, con “grupúsculos violentos” se convertirá en la ciudad modelo. En una maravillosa ciudad.
Y para ello basta una cosa. Tomar una medicina. Un fármaco con cinco píldoras de distintos colores (aunque en el logo se hayan cargado el negro). Y todo será bello, nuevo, único y grandioso. Madrid volverá a nacer. Basta que nos adjudiquen los JJ.OO.
En la batalla, para ganar las Olimpiadas, estaba Roma, que era la mayor enemiga. Pero, no nos preocupemos, Roma se ha rendido. Sus políticos han dicho que con la crisis no podían hacer el esfuerzo financiero necesario. Pero claro, ya saben ustedes que no es nuestro caso. Nosotros somos ricos. No tenemos problemas. Italia tiene crisis y nosotros en vacas gordas.
Ya está bien, que todos sabemos la envidia que nos tienen en el Comité Olímpico, que, mereciéndolo y siendo los mejores nos han ignorado –el disgusto que se llevo el hoy ministro, Alberto-- y les asignaron los Juegos a Londres y a Río, mientras Madrid ha quedado relegada. Aunque en 2020 será distinto, ahí no tendrán más remedio que dar en la diana. Madrid será ciudad olímpica.
No sé si será la Almudena, Jesús de Medinaceli o San Isidro, todos ellos, aunque por las alturas, muy conectados con Madrid. Pero lo vamos a conseguir porque por algo “semos los mejores”.
Esta Madrid dada a la Botella que, por desgracia, no ha perdido la Esperanza, ha encontrado el talismán. Y es que pasará de ser una ciudad vulgar a ser una maravillosa ciudad. Al menos eso dice el informe que la presenta a la candidatura olímpica.
Fíjense cómo será la cosa que, con tal de hacer de Madrid una ciudad única, llegan a decir que el movimiento 15-M es un movimiento pacífico, que garantiza la libertad de expresión y que se oponen a ser un movimiento extremista.
Sí señores, son los peperos, los que han dicho eso, los mismos que llamaron de todo a los Indignados. Desde violentos extremistas a terroristas, indeseables, vagos, camorristas, pendencieros, totalitarios. Y ahora, justo lo contrario. “Todo por los Juegos”. Hay que ser lo que son. ¡Vaya jeta!
Por cierto que además de esa desfachatez sobre los Indignados, la ciudad en 2020 será el Madrid de las Mil Maravillas, no me dirán que no vale la pena:
- Ciudad libre de polución.
- Desplazamientos fáciles y rápidos.
- Gestión transparente, saneada y responsable.
- Carriles de tráfico olímpicos para los atletas.
- 80 parkings disuadorios.
- Cuatro estaciones nuevas de metro y tres de tren.
- Lo patrocinarán maravillosas y altruistas empresas privadas.
Oigan, permítanme que me ría. Vamos, la famosa vuelta del calcetín. Justo lo contrario. Esto es Hollywood. ¿Es o no es un milagro?
Este es el carácter olímpico de estos gobernantes peperos. Hay que hacer ganar a Madrid como sea, aunque sea dopándose con trampas y mentiras.
Una sugerencia (seguramente dirán que demagógica): que los gastos, que el Estado y la C.Autónoma deban emplear en esta candidatura, se dediquen a pagar a los dependientes, que no cobran o lo hacen con dificultad. Y que se dejen de rollos.
Menos JJ.OO. y más Estado del Bienestar.
Salud y República