El ministerio del Tiempo 2x06 - Tiempo de magia

Publicado el 22 marzo 2016 por Magik
Le tenía muchas ganas a este episodio de El ministerio del tiempo porque Houdini siempre me ha molado y encima había espiritismo y demás y, la verdad, es que no ha podido gustarme más. Ha molado mil. Han salido muchísimos personajes ilustres, Pacino ha vuelto a ponerse en plan actor, hay más secundarios molones y han pasado muchas cosas. Así que dejo de enrollarme y vamos con la crónica.
El episodio comienza con Amelia en su casa, usando una especie de ouija con la que se escribe algo para obtener noticias de Julián (¡que alguien le pase su podcast, por favor!) y acaba obteniendo un nombre: Houdini. Yo salgo corriendo de esa casa o me escondo debajo de las sábanas aferrada a un peluche, pero como Amelia es más valiente que yo, pues le pregunta a los chicos sobre el tema y Pacino le explica que era un mago... bueno, también le habla de un chorizo al que le llamaban así porque se escapaba como nadie.
Amelia, reina del disimulo... o practicado para ejercer de Pantoja. No lo tengo claro.Amelia: Es la cara que le voy a poner a Torres cuando me mande. Dientes, dientes, ¿sabes?Respect, sistah.
A Alonso el tema le flipa, porque lo de las cadenas y el agua son sus dos peores pesadillas juntas, y también a Amelia por le notita. Sin embargo, Ernesto les envía la batseñal para que acudan raudos al despacho a que les explique la nueva misión.
Sí, él porque Torres no tiene ni repajolera idea porque Ernesto ha decidido seguir ejerciendo de jefazo en la sombra. Pero, bueno, que me enrollo y os tengo que hablar de la misión: un funcionario se ha infiltrado en una reunión espiritista en 1924 con unas gafas de espía súper chulas, que van reconociendo peña y grabando. En dicha reunión hay gente importante como Valle-Inclán o Ramón y Cajal, pero lo importante es un chico que supuestamente puede ver a través de cosas y, de hecho, lo demuestra en la reunión.
A Torres no le entra en la cabeza nada de esto, ni por qué es importante para el Ministerio, hasta que Ernesto le explica que el mago, Argamasilla, es un agente muy importante en su época. La patrulla empieza a liarse a debatir si es cierto (Amelia) o una engañifla (Pacino, of course) o, en el caso de Alonso, si esas cosas sólo son hechas por Dios. Sin embargo, Ernesto les corta el rollo explicándoles que un cazatalentos circense se ha puesto en contacto con Argamasilla y han planeado un viaje a Nueva York. El problema es que el cazatalentos es amiguito de J. Edgard Hoover, el creador del FBI, y temen que Argamasilla pueda ser un traidor que vaya a contarle a Hoover todo lo de viajar en el tiempo y demás.
Vamos, que la patrulla debe viajar con Argamasilla a Nueva York para evitar que se chive. Así que se preparan para la misión y los tres siguen con sus posturas. Ante el escepticismo de Pacino, Amelia le recuerda que viajar en el tiempo le parecería una bobada, pero lo haría. Pacino acusa el golpe, antes de quejarse de llevar capa, pero Alonso es partidario de la capa. La verdad es que les queda bien y como no son superhéroes, me imagino que hasta Edna Moda les daría su beneplácito.
 Pacino: "No hay nada más ridículo con capa."
Alonso: Tío, ¿y qué pasa con Batman? ¿Y con Superman? Llevan capa y te machacarían. ¡Ah, y Gil Pérez también la lleva!Y contra eso nadie puede argumentar nada, querido Pacino.
Mientras, Torres contacta con el jefazo de Darrow para comentarle el problema de Hoover porque, claro, si el gobierno americano se hace con los viajes en el tiempo, se les acaba el negocio. Ahora bien, dejadme un momento para decir: ¡ja, sabía que era una corrupta! ¡Lo sabía!

Vale, ahora sigo con la patrulla, que ha contactado con Argamasilla y su padre. Primero, Amelia y Alonso se han hecho pasar por una periodista y su fotógrafo; después, Pacino como El gran Benito, un vidente. Que digo yo que podrían haberle buscado un nombre más molón. No sé, es que a mí Benito me suena al gato y al becario de Yo soy Bea. Vamos, que no me da mucho respeto. Bueno, para que no sospechen de Pacino, Amelia les enseña un reportaje que hicieron de él, Pacino se congratula de la fotografía del mismo y Alonso presume de haberla hecho.
Pacino: Colega, estoy tan bueno que hasta la capa me queda bien...
Pacino: ¿Y si le quito el puesto a Ramón García para dar las campanadas?Pero en transparencias, como la Pedroche. Por fa, por fa.
Total, que pasan a una reunión espiritista, donde una mujer está haciendo el numerito. Cuando Argamasilla padre dice su nombre, Pacino pone cara rara, aunque pasa con los demás. La vidente decide elegir a Amelia (y eso que la pobre se estaba escondiendo detrás de su libro, táctica que falla más que una escopeta de feria cuando no quieren que te elijan a ti y lo sabemos todos) y se pone en plan adivina... al menos hasta que Pacino le revienta el numerito, eclipsándola con el suyo propio. Pacino, totalmente el su papel de Gran Benito, dice que las niñas no están en Moncloa, ni en El Pardo como ella dijo, sino que están muertas en un vertedero cerca de su casa.
Amelia (pensando): Si me concentro mucho en esto, no me verá fijo. Que no me vea, que no me vea...Y así estamos todos en clase de matemáticas. #EsoEsAsí
Ramón y Cajal decide que hay que ir a comprobarlo y que el que haya mentido de los dos, acaba enchironado. Ojo, yo no entiendo ese poderío de Ramón y Cajal, pero olé él que enseguida lo aclara todo. Y es que resulta que Pacino tenía razón, así que Ramón y Cajal detiene a la vidente y se descubre ante Pacino, mientras Amelia y Alonso flipan.
Argamasilla padre quiere entrevistar a Pacino, pero éste va a hacer un viaje a Nueva York (¡qué casualidad!) con los periodistas. De hecho, van en el mismo barco que Argamasilla (¡qué casualidad, debe ser cosa del destino!) y éste les cuenta que Houdini le ha retado a demostrar sus poderes. Al oír el nombre, Amelia se interesa por él y Argamasilla les cuenta uno de los trucos escapistas de Houdini, algo que Alonso no aprueba.
A todo esto, Valle-Inclán está a punto de formar el club de fans de Argamasilla y se pone a decir lo genial que es, lo mierda que es nuestra patria y que es gallego y que cómo no va a creer en magia y meigas. Resumiendo: Valle-Inclán es argamasiller y su barba tiene más de tres pelos, por cierto.
De vuelta al Ministerio, Alonso quiere saber por qué Amelia está tan interesada en Houdini y ella le cuenta lo sucedido con su sesión espiritista y su planchette. Amelia también les explica lo que es una planchette (la ouija esa que escribe) y Pacino comenta que su abuela decía que no se debían jugar con esas cosas, algo que Alonso aprueba porque todo el tema de los espíritus le da mucho yuyu al pobre.
Alonso: No te puedes cargar a un espíritu y dan yuyu y... ¡Seguro que tienen que ver con el ADN!¿Soy la única que quiere ver a Alonso viendo pelis de terror con Pacino? ¿Si? Vale, soy muy mala gente.
En el despacho de Salvador, Angustias les da los billetes de barco para viajar a Nueva York y Pacino explica que lo de las niñas lo sabía gracias a su familia de policías. Al parecer, fue una historia muy conocida y como Pacino es súper listo, lo aprovechó.
Al día siguiente, la patrulla vuelve a los años 20, donde, para desgracia de Alonso, tienen que viajar durante días en un barco para llegar a Nueva York junto a Argamasilla. Los cuatro flipan al llegar a la ciudad, también con el hotel en el que se van a hospedar. Es entonces cuando Amelia demuestra que habla inglés que ni es Oxford. En serio, Amelia, ¿de dónde viene ese pedazo de acento? ¿Has estado viendo películas en inglés? ¿Te han presentado a Muzzy o algo?
A todo esto, la llegada de la patrulla es vista por Lola, que está con un americano y llevando una peluca rubia que canta La Traviatta, por cierto.
Más tarde, Argamasilla recibe una nota porque ha quedado con el empresario circense y Pacino intenta apuntarse, pero no cuela. Por eso, Pacino le cuela un micrófono, decisión que Alonso aprobará en cuanto Pacino les cuenta lo que ha pasado.
El problema es que Lola y los americanos los están grabando, que se deben creer Carrie de Homeland o algo, y ven como Pacino le cuela el micro. Entonces, uno de los americanos se hace el encontradizo, le quita el micro de Pacino (que le cuela a otra señora) y le pone uno suyo. Que, por cierto, para ser un funcionario estrella del Ministerio, Argamasilla es más inocente que Bambi, macho, que no se mosquea por más que le manoseen el abrigo o porque tres desconocidos se apunten a un viaje con él, así, de repente.
Lola-chúpate-esa-Carrie-de-Homeland: Oh, como mola esto de trabajar con Yankis, por un lado espío y por otro sigo con mi maratón de series. Con esto de estar enchironada, llevo un señor retraso...
Argamasilla y su socio van a un club encubierto, donde se encuentran con Hoover (que es don Diego de la Vega o el genial Miguel Hermoso, del cual soy muy fan y quiero por encima de todas las cosas, ainss). El empresario le explica a Argamasilla que Houdini comprobará si sus poderes son de verdad, mientras Hoover lo mira en plan malvado de película.
A mí Hoover me mira así y me acojono viva.Si parece que está practicando la mirada "estás muerto para mí" patentada por Lily Aldrin.
Al mismo tiempo, en la habitación del hotel, la patrulla escucha gospel en el micrófono y, claro, se mosquean. Alonso cree que Argamasilla se ha dado cuenta del micrófono, así que Pacino se china consigo mismo y decide arreglar su cagada él solo... bueno, con un poco de ayuda de Amelia, que ejerce de traductora. Gracias a Amelia, Pacino sabe a dónde tiene que ir y qué contraseña usar, así que se presenta en el club, justo cuando Argamasilla le está contando al empresario lo sumamente molón que es el Gran Benito. Pacino, entonces, debe pasar un examen de vidente y el tío lo borda, incluso se marca un John Travolta. Si es que Pacino es un maldito crack. Joder, Pacino, como molas, ¡uhhhh!
Aprovechando la situación, Pacino empieza a hacerse amigo de Argamasilla, incluso finge que ha averiguado su secreto del Ministerio del tiempo con sus poderes. Entonces, Argamasilla le explica que le va a contar su secreto al gobierno americano porque cree que Estados Unidos es un gran país y que podrá cambiar la historia a mejor. Argamasilla le propone colaborar con él, aunque no le presiona porque cree que cada uno debería tomar sus decisiones. Por cierto, por el camino, Pacino flipa bastante al toparse con Clark Gable. Jo, Pacino, te envidio MUCHO.
Argamasilla es Paciner y está a un paso de hacer esto:
Mientras, en el hotel, Amelia está preocupada y cuando Alonso comenta que parece una esposa preocupada, Amelia se china de lo lindo. Alonso le dice que no la entiende, pero que la respeta y que a alguien como él no puede pedirle más. Y me resulta tan mono. Ainss.
Al final, acaban hablando de Houdini. Resulta que Ameliapedia se ha informado y le explica a Alonso que Houdini es un alma atormentada, que únicamente ha querido contactar con su madre tras que ésta muriera. Ameliapedia también explica el espiritismo nace en su época, pero que tras la Primera Guerra Mundial se convirtió en un fenómeno social porque la gente quería comunicarse con sus muertos.
Houdini se reunió con Conan Doyle para una sesión de espiritismo con la esposa de éste, Jean. La mujer escribe una nota como si fuera la madre de Houdini, pero estaba escrito en inglés cuando la señora Houdini nunca lo había hablado y encima en la nota le llamaba Harry, su nombre artístico, cuando ella solía llamarlo Erik. Lógicamente, Houdini se sintió estafado y se fue tan cabreado que dedicó el resto de su vida a desenmascarar a farsantes, aunque también buscaba a alguien con poderes que pudiera contactar con su madre. Resulta que Houdini tuvo dos grandes amores en su vida, su madre y su mujer, a la que le prometió intentar contactar con ella tras su muerte, aunque acordaron una clave para no ser estafada.
Al oír la historia, a Alonso le pasa como a mí y nos encariñamos de Houdini en cero coma. Lo más triste de todo es que Houdini no logró contactar con ninguna de las dos.
Por otro lado, Pacino vuelve con Argamasilla al hotel, donde descubren que al segundo le han dejado una amenaza: o falla la prueba de Houdini o matarán a su padre. Pacino, entonces, lleva a Argamasilla con los demás para ponerles al corriente. Lo malo es que resulta que Argamasilla sí que tiene poderes y en una maleta de Amelia ve el libro sobre Houdini, así que intenta escapar e incluso amenaza con montar un escándalo... algo que Alonso corta de raíz con su delicadeza habitual. Vamos, que lo deja tonto de un golpe.
Amelia deduce lo que ha pasado, pero Alonso insiste en que no es posible, que sólo Dios puede ver a través de las cosas. Pacino decide que lo averiguarán cuando despierte... y así lo hacen cuando Argamasilla demuestra que puede verlos desnudos a través de la ropa. Tío, ¿pero por qué no miras también a Pacino?
 Argamasilla: Me tendréis atado, pero puedo joderos igualmente con mi súper visión de rayos x, muajaja.
Alonso: ¡Admítelo, pervertido! Tienes poderes por el ADN, ¿verdad?
Bueno, a ver, que me pierdo... pero, claro, Hugo Silva... ay... uy... esto... a ver... por dónde iba... ¡Ah, sí! Amelia le explica a Argamasilla que son funcionarios del Ministerio de 2016 y que ellos no han amenazado a su padre. De hecho, Amelia está convencida de que Darrow son los que están detrás de todo, lo que Argamasilla le cuesta creer, ya que tiene una visión un tanto inocente de Estados Unidos... o la tenía hasta que Pacino le dé una clase de historia. Argamasilla quiere comprobar todo lo que le han dicho y la patrulla le promete que así será, una vez estén de vuelta en el Ministerio, aunque primero debe fallar la prueba.
Al día siguiente, Houdini reparte cinco plumas en diez cajas y Argamasilla debe adivinar en qué cajas están. El pobre Argamasilla, para demostrar que no tiene poderes, las falla todas, lo que es prácticamente admitir que los tiene, porque por mera estadística tendría que haber adivinado alguna de las plumas.
Argamasilla intenta marcharse, pero Houdini lo retiene y le felicita por tener poderes. De vuelta en el hotel, Argamasilla no entiende nada, ya que había fallado todas y está muy nervioso. Houdini, además, le ha organizado una fiesta, así que tienen que irse cuanto antes, aunque, claro, no lo van a tener nada fácil. Por eso, a Amelia se le ocurre un plan: contar con Houdini y darle lo que más desea a cambio de su ayuda.
Amelia baja para informar al Ministerio de 1924 y Lola se reúne con ella. Resulta que Darrow quiere matar al pobre Argamasilla en la fiesta y eso es algo que Lola no va a permitir, por lo que se lo cuenta a Amelia, antes de pedirle que la siga. Amelia así lo hace, por lo que Lola le cuenta todo: que trabaja para Darrow, que no quiere que nadie muera y que ha sido Torres quien la sacó de la cárcel y que ésta colabora con Darrow. Por eso, el telegrama no puede llegar a Torres, así que Lola le recomienda que se lo envíe directamente a Ernesto.
 Lola: Hija, mía, qué rancias estamos, que no me dices ni lo bien que me queda el rubio. Pues que sepas que me he estado poniendo al día de The 100 en la furgoneta y puedo soltarte spoilers... y no sólo de tu vida, muajaja.
Amelia: Mierda, con tanto ver Starsky y Hutch con Pacino voy retrasadísima. Maratón en cuanto vuelva.
En la fiesta, el pobre Argamasilla está al borde del pánico y, claro, no ayuda que sea capaz de ver que todos, salvo los camareros, llevan pistola. Mientras los chicos controlan la sala, Amelia va a hablar con Houdini y le dice la clave que él había acordado con su mujer, dejándolo súper mega flipado. Amelia le ofrece la posibilidad de ver a su madre de nuevo, mientras un camarero le da una copa de champagne a Argamasilla. Éste está a punto de beber, cuando lo detiene Alonso al reconocer al camarero como un agente de Darrow.
En esas llega a Amelia para llevárselos de ahí, aunque el americano se da cuenta y pasa de cualquier atisbo de discreción y les persigue para dispararlos. Sin embargo, la patrulla y Houdini se han metido detrás de una cortina y éste les ha hecho desaparecer.
Houdini (cantando): Cuando crees que me ves, cruzo la pared...
Vuelven a aparecer en la habitación de hotel, justo cuando Amelia está diciendo que no pueden irse sin más. Todos se dan cuenta de que eso ya lo han vivido y aparece Houdini detrás de ellos, diciéndoles que no tienen tiempo que perder. El pobre Alonso no gana para disgustos, ya que no deja de flipar.
Así que, nada, los tres chicos vuelven al Ministerio, donde llegan a Argamasilla frente a Salvador (¡sí, ha vuelto! Ahora os cuento eso), todos se alegran un montón de verlo de nuevo y encima Salvador nos ficha a Argamasilla (que acepta al examinar a Irene). Por favor, que tengan una segunda patrulla con Pacino y Argamasilla y que, si eso, vayan rotando. En serio, molan todos un montón, así que sería muy genial volver a ver a Argamasilla en acción.
Argamasilla: ¿Y estos por qué están tan contentos?
Por su parte, Amelia lleva a Houdini a ver a su madre en una escena súper bonita, que me ha sacado la lagrimita entre la música y la carita de Houdini. Ay. De hecho, hasta la oye llamarlo, que era lo que más deseaba en el mundo. Al volver junto a Amelia, le jura que guardará su secreto. Oye, bien pensado, podrían traer de vuelta a Houdini también, que mola mucho.


Y ahora sí que me toca contaros la historia de cómo Salvador volvió a su puesto. ¿Recordáis que Torres no tenía ni idea de la misión? Pues bien, ella se mosquea porque sea Ernesto quien decida todo, mientras ella permanece in albis, pero Irene le echa un cable a él para que no pase nada. Esto hace que por fin Irene y Ernesto se sienten a hablar sobre lo que está ocurriendo. Ernesto piensa que es una traidora porque precisamente fue Salvador quien le dio otra oportunidad y le traicionó, a lo que Irene le dice que Salvador cometió errores. Entonces, Ernesto señala que ninguno de sus errores fue tan grave como el de la epidemia, por mucho que se alegre de que esté viva. Round 1 para Ernesto.
Resulta que Irene no lo está tanto y que hubiera preferido morir ella a todo lo que pasó. Entonces, le echa en cara que no respete a Torres y saca a colación lo típico de “no soportas que te mande una mujer”. Ernesto, sin inmutarse, le dice que la incompetencia no entiende de sexo. Round 2 para Ernesto.
Más tarde, Irene está con Torres y ésta le echa en cara que justificara a Ernesto. Irene cree que no pueden convertir cada reunión en una guerra, aunque Torres tiene una solución: echar a Ernesto tras que acabe la misión. ¡Será zorra! ¡Eh, no, ni de coña, que Ernesto mola mucho! Irene también se escandaliza y acaban discutiendo por lo que hizo Torres, pero ella está muy tranquila porque haría cualquier cosa por Irene, algo que a ésta no le parece bien.
Torres: ¡Maldita sea! Es que encima Ernesto no me manda vidas del Candy Crush, ya podría aprender de mi amiga Celia, tsk.
Tras una noche de pasión, Irene no puede dormir, así que le cotillea el móvil a Torres. Al día siguiente, tarda cero coma en ir a ver a Ernesto, que a su vez ha recibido el telegrama de Amelia, así que los dos se acaban de enterar de que Torres colabora con los americanos. A Ernesto le sorprende que Irene le mirara el teléfono y a ella que sólo le sorprenda eso, no el que durmieran juntas, pero Ernesto le dice que hay cosas que se notan: cómo la mira, por cómo le habla, el que casi matara a todo el Ministerio por salvarla...
Total, que los dos deciden que hay que intervenir (por muy duro que le resulte a Irene), así que se reúnen con Salvador, que aprovecha para trolear a Irene. Ernesto intenta poner paz para ir directamente al grano porque hay un operativo abierto... y básicamente se mea un huevo. La cuestión es que necesitan encontrar pruebas porque, claro, lo único que tienen es el testimonio de Lola y como que no. Salvador decide que tienen que pedirle ayuda a sus amigos de 1924.
Ernesto: Maldita sea, ¿voy a tener que llamar al Hermano mayor o qué? Encima me hago pipi...Hola, me llamo Andrea y soy tan tonta que imaginarme a Ernesto diciendo "pipi" me hace muchísima gracia.
Así básicamente le tienen una trampa a Torres, haciéndole creer que Hoover ha interceptado a Argamasilla, por lo que Torres llama al jefazo de Darrow en cero coma. Ernesto e Irene aparecen para decirle que lo han grabado todo, que es una traidora y demás. Torres se defiende diciendo que Darrow no es el enemigo, sino que les puede ayudar con el dinero y que si no se lleva ella la comisión, lo hará otro. Sin embargo, Irene se muestra inflexible y la larga por corrupta.
Comentemos la mala suerte que tiene Irene con las novias (y lo mucho que le gusta traicionar, que ha traicionado a la traidora con la que traicionó a Salvador tras que le perdonara una traición anterior... vaya trabalenguas más majo me ha quedado). Yo sigo pensando que haría buena pareja con Lola, que encima no es mala gente. O que traigan a una agente para que Irene se líe con ella y formamos una segunda patrulla con Pacino y Argamasilla, ya que el segundo me ha parecido amor y no quiero que se vaya Pacino.
De hecho, en el avance vemos que ya en el siguiente sale Julián y, a ver, no es que lo odie ni nada, pero es que no quiero que se vaya Pacino. Es tan genial y hace tan buen equipo con los demás. De hecho, en mi opinión funciona muchísimo mejor que Julián y siempre anda dejando momentazos como en este episodio haciéndose pasar por vidente.
Bueno, pues eso, que esto me está quedando muy largo: un episodio súper molón, muy entretenido y con una trama súper bien pensada y, como es marca de la casa, lleno de secundarios muy memorables. El final con Irene recapacitando y haciendo posible que la familia se reúna ha molado mil y qué gusto da tener a Salvador de vuelta :3
El siguiente pinta bastante curioso, porque más que una misión en sí, parece que nos van a dar distintas historias y emparejamientos: Julián en Cuba, Alonso detenido en una manifestación, Amelia e Irene investigando algo y Angustias y Ernesto buscando facturas. Que, por cierto, ¡¿qué es eso de un hijo secreto de Ernesto?! ¡OMG! ¡Eso no lo veía venir, no de Ernesto! Flipo.