El ministro del Interior inaugura la exposición “Once de Marzo”, fotografía de una realidad doce años después

Publicado el 08 marzo 2016 por Comunicae @comunicae

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha inaugurado hoy, en el Museo Nacional de Antropología, la exposición de Eduardo Nave, “Once de Marzo”, fotografía de una realidad doce años después, un espacio de encuentro y memoria en torno al 12º aniversario del 11-M, que estará expuesta hasta el próximo 22 de mayo.
La muestra es un conjunto poético de instalaciones, vídeos, fotografías, objetos del archivo del duelo, pachtworks, etc. en torno a la memoria de los atentados del 11 de marzo de 2004 y sus consecuencias. Al mismo tiempo, es un espacio físico y temporal en el seno del Museo Nacional de Antropología, en directa conexión con la estación de Atocha y el monumento erigido entre ambos edificios en recuerdo de las víctimas.

La exposición ha sido organizada por la Fundación Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, la Fundación Víctimas del Terrorismo y el Museo Nacional de Antropología. Cuenta además con la colaboración de la Asociación 11M Afectados por el Terrorismo, la Asociación Ayuda 11M, Renfe y el Archivo Histórico Ferroviario del Museo del Ferrocarril.

El acto de inauguración de la exposición ha sido presidido por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, acompañado por el subsecretario de Interior, Luis Aguilera; la directora general de Apoyo a las víctimas del Terrorismo, Sonia Ramos; el director del Centro Memorial Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez; la presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Mari Mar Blanco, y el director del Museo Nacional de Antropología, Fernando Sáez.

Ministro del Interior: “El valor de la unidad”

En su intervención, el ministro del Interior ha destacado que con esta exposición “renovamos nuestro compromiso con aquéllos valores que aquel aciago día de amargura y aflicción brotaron en nosotros para unirnos y hacernos más fuertes frente al terror. Unos valores y una unidad colectiva indispensables, como se demostró en la generosidad de todas las víctimas cuando conmemoramos el décimo aniversario del atentado en el año 2014”.

Fernández Díaz ha agregado que “las 192 personas asesinadas y los más de 2.000 heridos: mujeres y hombres, jóvenes y mayores, trabajadores y parados, niños y jubilados, licenciados y estudiantes, españoles de nacimiento y extranjeros que habían visto España como un nuevo hogar esperanzador y de futuro provenientes de más de 40 países, todos ellos, sufrieron aquel día la mayor injusticia y la mayor violación contra los derechos de las personas y el propio ser humano: la pérdida de la vida. Digo bien cuando afirmo que las víctimas del terrorismo han sufrido la mayor injusticia que los derechos de una persona puede sufrir”.

El ministro del Interior ha destacado la importancia del Centro Memorial, que “dará a las víctimas toda la visibilidad y nuestro recuerdo, y tratará de sensibilizar a la sociedad de que la consecuencia de objetivar y cosificar a nuestras víctimas es el olvido. Para ello, para desterrar ese olvido y para que triunfe la memoria, es necesario imaginar e identificar a las víctimas con una mirada, escuchar sus voces y darles una palabra”.

Una exposición para emocionar y reflexionar

“Once de Marzo” nace con la finalidad de crear un estado emocional y reflexivo en cuantas personas la vean, buscando la renovación del apoyo anímico a quienes más directamente sufrieron el daño causado por las bombas. También pretende reforzar los lazos y los sentimientos en torno a los valores que en aquellos días de 2004 unió a la sociedad frente a la amenaza del terrorismo.

El autor de la muestra, Eduardo Nave, ha tratado de contarse a sí mismo lo que sucedió, viajado durante cuatro años sucesivos, el mismo día y a la misma hora por las líneas de los trenes afectados por las explosiones, por a las estaciones en las que estallaron las bombas: la estación de Atocha, la estación de Santa Eugenia, la estación de El Pozo y la calle Téllez. Nave ha atravesado el tiempo y el espacio con el fin de elaborar su propio duelo, tan cerca y tan lejos hoy de aquello. A partir de ahí posa su mirada en los espacios y sus alrededores como una forma de situar la emoción y de entrar en contacto con un mundo arrebatado. La fotografía se somete al riesgo de “ver” lo mismo que vieron las víctimas de los atentados a esa hora precisa y en ese lugar concreto. En cada detalle, en el banco de un andén, en las escaleras mecánicas, en las farolas, en las vías de tren, en las aceras, o en un reloj de estación. Nos hablan precisamente en la medida en la que sobreviven y permanecen.

Su obra, su proceso creativo, tiene un sentido litúrgico para proyectar una reconstrucción de la vida ausente. Unas imágenes vienen del exterior y otras brotan del interior… “Once de marzo” es, por tanto, un viaje personal que se sitúa entre dos territorios: la realidad y la ilusión. Es también un recorrido mental donde se solapan dos tiempos: el pasado y el presente.

La exposición se completa con cuatro piezas, repartidas entre la verja del edificio y el patio central del museo Nacional de Antropología: En tu nombre; Poema de las emociones; Archivo del Duelo y Patchword de las Puntadas. Todo un viaje visual por el día a día de los escenarios de los atentados, pero no un día cualquiera, sino los cuatro onces de marzo de cuatro años sucesivos (2010-2013).

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