En la Serranía de Cuenca existe un impresionante mirador con un doble ventanal enclavado en una roca horadada de forma natural, desde el cuál verás un cañón donde corre el río Júcar doscientos metros más abajo. Es el famoso Ventano del Diablo donde los que sufran vértigo lo pasarán mal.
La peña hueca y abovedada tiene forma de un enorme cráneo, donde, la tradición popular atribuía la existencia de este mirador a la acción de Lucifer, quien organizaba sesiones de brujería y lanzaba al precipicio a los curiosos que se acercaban a mirar por sus ventanas atraídos por las vista del Júcar.
Cerca del pueblo de Villalba de la Sierra, puedes acceder fácilmente por un camino desde la carretera CM-2105, en la que tienes un cómodo aparcamiento.
La rocas enfrente del ventano son igualmente fantásticas y la vegetación cubre las escarpadas paredes, quedando en la base de los cortados mas umbrosos los últimos reductos de vegetación eurosiberiana como tilos, avellanos o acebos.
Doscientos metros más abajo las aguas verdeazuladas, limpias y frías forman pozas en las que viven especies muy sensibles a la pureza de las aguas como el mirlo acuático, la trucha común o la bermejuela. También viven traviesas nutrias en este tranquilo refugio.
También podemos observar bloques desprendidos en el propio río o en las laderas, que nos dan una idea del dinamismo del paisaje. Si nos fijamos con detalle encontrarás múltiples abrigos o pseudocuevas que antaño fueron utilizadas por ganaderos.
En las alturas de los inaccesibles cortados anidan diversas especies de rapaces como el águila real o el buitre leonado, que sobrevuelan la esta sierra aprovechando las corrientes térmicas.
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