El ‘mírate a ti mismo’ visto por el rock

Publicado el 18 abril 2022 por Carlosdelriego

El pionero del rock & roll Bo Diddley ya trató el tema en 1958.

De la Grecia Clásica viene la expresión ‘Gnothi seautón’, que viene a significar ‘conócete a ti mismo’ y que, repetida infinidad de veces, ha mantenido su vigencia a lo largo de los siglos. Y ello porque es extremadamente difícil conocerse a sí mismo, analizarse, pensarse, mirarse, criticarse e incluso reírse de sí mismo. Aun así, hay canciones en clave rock que tratan este filosófico asunto: el clásico ‘Before you accuse me (take a look at yoursef)’ y el más heavy ‘Look at yourself’  

Generalmente resulta muy fácil ver los defectos de los demás sin dar importancia a los propios. Es una especie de vicio muy extendido en el mundo y en el tiempo: se echa en cara al otro la paja que tiene en su ojo sin atender a la viga que hay en el propio, y sucede por cualquier cosa: política, dinero, fútbol. Por eso los filósofos griegos decían que hay que mirarse a uno mismo antes de juzgar al otro. La música rock, que siempre trata de expresar sentimientos, emociones o situaciones, también ha sabido mostrar lo difícil que resulta mirarse a uno mismo. Los más sonados títulos que tratan este tema podrían ser el sensacional y pionero ‘Before you accuse me’ de Bo Diddley (publicado en 1958) y el potente ‘Look at yourself’ (1971) de Uriah Heep.     

El pionero del rock & roll Bo Diddley lanzó su inmortal ‘Antes de acusarme (mírate a ti mismo)’ en 1958. Entre las muchas veces que ha sido revisada sobresalen las versiones de los Creedence y de Eric Clapton, pero la original tiene ese encanto del rythm & blues que inconscientemente muta hacia el rock. La letra es totalmente explícita: “Dices que he estado gastando mi dinero en otras mujeres, pero tú has estado saliendo con alguien más. Antes de acusarme mírate a ti misma (…) Ahora dices que he comprado ropa para otras, pero tú has estado trincando dinero de otras personas”. Es decir, el protagonista del texto le pide a su pareja que no acuse tanto porque tiene tanto que reprocharse como él. Sin embargo, al final el acusado se rinde con un “vuelve a casa nena”. Cuentan que John Fogerty no eligió por casualidad versionar este tema para su Lp ‘Cosmo´s Factory’ (1970); el grupo vivía momentos de tensión extrema, puesto que los otros tres querían meter mano en la composición (el autor cobra más), aunque ha quedado demostrado que sólo las piezas de John Fogerty tienen esa chispa que las distingue; así, al optar por grabarla, John parecía decirles a sus compañeros: “antes de acusarme y exigirme miraos a vosotros y considerad vuestro talento, vuestra aportación, vuestros resultados”. Y se lo dijo mediante esta canción, aunque no dio resultado y un par de años después grabaron su último y peor Lp, que contenía composiciones del bajista y el batería; tras la desbandada, seguro que entonces los otros le hicieron caso y se miraron a sí mismos… Ya sea la original o la de los Creedence, resulta muy reconfortante volver a escucharla.

La otra canción que lanza el imperativo ‘mírate a ti mismo’ es el ‘Look at yourself’ que el grupo británico Uriah Heep (una de las mejores bandas de heavy-hard de la historia) editó en 1971; la portada del Lp, de idéntico título, es como un espejo en el que mirarse a uno mismo. Su autor, Ken Hensely, teclista, guitarrista y voz (murió en Alicante hace un par de años), explicaba que la canción se refería a sí mismo en un momento en que no sabía por dónde ir, tanto en su vida personal como en su carrera profesional; trataba de mirarse a sí mismo, a su interior, para hallar respuestas. Ese ejercicio de auto análisis es el que subyace en el mensaje de la canción y es perfectamente válido para todos. La letra dice: “Te veo corriendo y no sé de qué estás huyendo (…) Mira hacia atrás y verás que nadie viene”, versos en los que explica que es inútil huir de uno mismo, y por eso recomienda “Mírate a ti mismo, no tengas miedo”; y termina “Si necesitas ayuda no te escondas, sólo mírate, mírate a ti mismo”. El poderoso sonido (esa combinación de guitarra y teclado resulta apabullante) y la magnífica voz de David Byron completan una pieza magistral desde cualquier punto de vista. Dicho sea de paso, en el Lp la voz es la de Hensley, pues Byron estaba entonces enfermo, pero éste la cantó siempre en vivo.

Antes de increpar, juzgar o despreciar al de al lado, es preciso mirarse a uno mismo, y se puede hacer escuchando el mejor rock & roll.

CARLOS DEL RIEGO