Este bonito macho andaba incansable por una parcela de prado que parecía su dominio cazando incansable.
Pero lo más curioso es la enorme habilidad con la que volteaba las hojas secas de falso plátano que ocupaban una buena parte de sus dominios, buscando y devorando todo tipo de pequeños invertebrados. Aquí va una prueba de lo que comento.