el misófobo

Publicado el 13 julio 2012 por Enriquestenreiro @soyconfeso

                                                                                                                               Dedicado a Borgo
El cadáver está depositado en la morgue del hospital metodista de Houston, Texas, a la espera de  identificación. El FBI ha mostrado un extraño interés en certificar la identidad de este varón de unos setenta años, cuidado corte de pelo, uñas largas, hematomas en los antebrazos y claros indicios de desnutrición. 
Días antes, en la oficina de emigración del aeropuerto de Acapulco, ha quedado registrado con fecha siete de abril, cómo el difunto, acompañado por tres personas de su servicio personal, embarcó en un avión privado con destino a Houston. Sin embargo, el dueño de una funeraria de la ciudad mexicana, asegura que el cinco de abril fue requerido por el Acapulco Princess para trasladar un cadáver desde el hotel al aeropuerto. Al parecer, el difunto todavía yacía sobre una camilla parapetada con un sistema de oxigenación.
Vayamos al cementerio de Glenwood (Houston), y leamos las fechas grabadas en el gran panteón:
                           24-12-1905  -  05/04/1976
Si la muerte se produjo el cinco de abril, ¿cómo es posible que el día siete tomara un avión? 
Los últimos años del finado habían estado protagonizados por una enfermiza reclusión. Desde que tomara la decisión de vivir en hoteles para no pagar a hacienda el impuesto de residencia, él y un séquito de fieles mormones, peregrinaban por diferentes estados y continentes, como si de una tribu de neonómadas se tratara. En una o dos plantas, establecían el campamento durante meses, y bajo unas estrictas y precisas órdenes, el misterioso huésped era custodiado por los mormones, quienes, solíticos, atendían los extraños reclamos del amo e impedían el acceso a cualquier empleado del hotel. Al igual que su madre, el ahora difunto padecía misofobia. Para evitar cualquier tipo de contaminación, la única comida que hacía al día era entregada en bolsas plásticas. Frecuentemente, el menú incluía guisantes, para los cuales había creado un artilugio que permitía  seleccionar solamente aquellos que tenían el mismo diámetro. El resto del día, permanecía postrado en la cama bajo los efectos de la codeína, tratando de calmar el fuerte trastorno obsesivo compulsivo  que lo consumía 
                                                     
La gran fortuna que había amasado el difunto, no sólo es un suculento aliciente para la troupe de mormones que lo atendían, sino también para los parientes, quienes surgidos de la nada, reclaman el cadáver para darle cristiana sepultura. Pero, antes el FBI debe comprobar la identidad, certificar que los restos mortales depositados en el hospital pertenecen a quien pertenecen. Me temo que nunca sabremos con certeza la fecha exacta del óbito. Lo que sí sabemos es el nombre del misófobo, quién fue y en qué se convirtió.
Howard Hughes. D.E.P.