Como seguramente ya sabréis muchos de vosotros, acaba de publicarse la esperada novedad de editorial dÉpoca, El misterio de Gramercy Park, de Anna Katharine Green. Y puede que también sepáis, por lo menos aquellos con los que tengo contacto a través de Facebook, que la introducción de dicha novela ha corrido a mi cargo. Este verano ha estado dedicado, entre otras cosas, a leer la novela en inglés- la editorial estaba mientras tanto con el proceso de traducción- y a investigar y profundizar en la vida y obras de Anna Katharine Green.
El roce hace el cariño, reza el dicho, y al trabajar de modo intensivo sobre una autora algo más de dos meses, sobre su vida familiar, su personalidad, sus anhelos y ambiciones, filias y fobias, su obra y estilo narrativo,... se acaba inevitablemente por establecer un sentimiento de cercanía no solo con la faceta de escritora sino con la persona, con la mujer que fue. Y es que todavía sigo, aunque ya otros proyectos empiezan a ocupar espacio, bajo la influencia de Anna Katharine Green y de la protagonista de El misterio de Gramercy Park, la inolvidable detective aficionada Amelia Butterworth, precursora de otra encantadora entrometida, Miss Marple.
No voy a hacer aquí una reseña de El misterio de Gramercy Park. No tiene mucho sentido. Mi punto de vista, opiniones y análisis de la novela han quedado ampliamente recogidos en la introducción de la misma así que allí os remito. Lo que sí quisiera es, si me permitís, animaros a la lectura de esta obra de la madre de la novela policíaca. Porque conocer a Amelia Butterworth y al inspector Ebenezer Gryce- curiosa pareja la que forman- moverse por el bullicioso Nueva York de finales del siglo XIX, ir avanzando en la investigación criminal que rodea a la acaudalada familia Van Burnam, leer esta historia con sabor a clásico será, lo comprobaréis, todo un placer. Y además en esta preciosa edición ilustrada.
Espero que disfrutéis la novela tanto como yo- ya iré leyendo vuestras impresiones- y ojalá os parezca a la altura la humilde contribución de una servidora.
Y, finalmente, mi agradecimiento a la editorial dÉpoca por depositar su confianza en mí. Ha sido toda una experiencia, un placer y un orgullo colaborar con vosotros. ¡¡Gracias!!