El misterio de la mosca dorada (edmund crispin)

Publicado el 11 abril 2015 por Ceci

Señala José C. Valés en su magnífico postfacio a la edición de Impedimenta que Edmund Crispin se encontró siempre entre la espada de su fascinación por un género tan popular como las historias detectivescas y la pared de una erudición literaria y libresca capaz de acomplejar al mayor de los eruditos de Oxbridge. Su solución al conflicto fue de lo más salomónica, crear a un detective capaz de desentrañar el más retorcido e imposible de los misterios entre lecturas y lecciones sobre Shakespeare, Donne y Spencer. Lleva este por nombre Gervase Fen y por gustos y carácter bien se le podría considerar compañero de armas de Lord Peter Wimsey, la genial creación de otra autora oxoniense, Dorothy L. Sayers.
Fen fue el encargado de resolver El Misterio de la Juguetería Errante, sobre la que tratamos por aquí hace ya algunos años, así como los casos de El canto del cisne y Trabajos de amor ensangrentados. Si, en opinión de quien les habla, las dos últimas se hallaban lejos de las cotas alcanzadas por la primera, El misterio de la mosca dorada, nos presenta a un Gervase Fen en plena forma. En ella el don se encarga de desentrañar quién, cómo y por qué ha asesinado a la odiosa Yseut, actriz de repertorio, cuya muerte nadie parece lamentar y ni siquiera parece trastocar el desarrollo de los ensayos para el estreno en Oxford de una comedia de un director londinense de lo más torturado. El aficionado a las novelas clásicas del género encontrará todos los ingredientes característicos: un crimen aparentemente imposible, toda una nómina de odiosos candidatos a asesino, un segundo crimen previo a la resolución del caso, un escenario un tanto utópico y, por supuesto, un detective de lo más carismático y sabiondo digno de figurar en la Historia de la Literatura junto al citado Wimsey, el padre Brown, Poirot, Miss Marple o, por qué no, el mismísimo Sherlock Holmes.Así que ustedes lean, lean...