Woolpit era una tranquila localidad del Condado Suffolk, en Inglaterra. Los lobos que deambulaban por los alrededores devoraban el ganado de los residentes, por lo que se instauró la costumbre de cavar profundos pozos en la tierra, para que los animales cayeran en ellos y quedaran atrapados. Pero un día del siglo XII, los aldeanos se acercaron a uno de los agujeros y consternados descubrieron que no era precisamente un lobo lo que yacía en el fondo. Eran dos niños pequeños y tenían la piel verde.
Los niños estaban desorientados y además de su piel verde brillante, hablaban un idioma irreconocible que no tenía semejanza con ninguna lengua de la que se tuviese registro. Al momento del rescate se encontraban gravemente desnutridos, desconocían todo a su alrededor y se negaban a comer nada de lo que se les ofrecía, a pesar de estar claramente hambrientos. Solo llegaron a comer con avidez unas habas crudas que se encontraron.
El niño murió al poco tiempo, sin embargo su hermana logró habituarse a la comida local y aprender el idioma, tomó el nombre " Agnes" y se convirtió en una mujer adulta que trabajó como criada en una de las casas del pueblo. Cuando Agnes pudo narrar su historia, contó que provenía de un país donde el Sol nunca brillaba y la luz era opaca como la del crepúsculo. Llamaba a su hogar " La Tierra de San Martín" y contaba que allí todo era verde y existían interminables cavernas y pasajes subterráneos. Agnes relata que habían estado pastoreando el ganado de su padre, que siguieron a los animales a través de una cueva, oyeron un ruido fuerte y de repente se encontraron el hoyo donde fueron encontrados.
La impresionante historia fue recogida en dos obras literarias en Latín que agrupan los testimonios de
Las explicaciones de los expertos para este fenómeno sostienen que tal vez los niños padecían de una afección llamada "Enfermedad verde", causada por la anemia. Sin embargo esta hipótesis fue descartada, puesto que dicha enfermedad produce una pigmentación verdosa menor, sin llegar a teñir completamente de verde la piel.
Respecto al idioma algunos historiadores insinuaron que podría ser un dialecto flamenco hablado en el norte de Bélgica, pero el hecho de que en aquella época existieran grandes rutas marítimas que unían a Gran Bretaña con el continente hace poco probable esta explicación. A pesar de todas las investigaciones realizadas a lo largo de los siglos no se han hallado evidencias científicas que desmientan o verifiquen la fascinante historia detrás de la leyenda de los niños verdes.
Algunos creen que eran extraterrestres, otros que provenían de un mundo oculto en las entrañas de la Tierra, incluso hay quienes pensaban que se trataba de extraños duendecillos enviados para hacer el mal al pueblo hasta que se bautizaran. Las teorías extrañas rodean esta historia convertida en leyenda, pero en realidad no hay ninguna certeza sobre el origen de aquellos extraños infantes que aún hoy son considerados como uno de los misterios sin resolver más extraños del mundo.