Uno de los grandes estrenos que nos deparó la midseason terminó su primera temporada el domingo. "The Killing" cerraba el misterio en torno al asesinato de Rosie Larsen tras trece días de investigación. Y como no quiero que se me escape nada, aviso que los spoilers van a invadir el texto.
La historia del asesinato de Rosie Larsen iba a ser vista desde tres ámbitos diferentes: el drama familiar, la investigación policial y la campaña política para alcanzar la alcaldía de Seattle.
Cuando en Abril conocimos a los detectives Linden y Holder nadie se imaginaba cómo iba a terminar el asunto. Pero todo final tiene un comienzo, que hay que tratar antes de conocer el desenlace. A Linden nos la presentaron como la detective que venía a romper con la imagen de mujeres relacionadas con el mundo de la policía que estaban rodeadas de glamour y estilo. Con ella estaban su hijo Jack y Regi (cuánto costó descubrir quién era en realidad), además de su prometido Rick, al que prácticamente dejó colgado para centrarse en su investigación. Y Holder parecía el hermano de Jesse Pinkman, con su peculiar forma de hablar y su pasado "tenebroso". Ella era fría y profesional, mientras él se mostraba más dicharachero e informal. El (fantástico) undécimo capítulo nos permitió disfrutar de ambos detectives, y conocer algo más de sus vidas, familiarizándonos con ellos de cara a la segunda temporada (que en principio iba a girar en torno a otro caso distinto, pero que visto lo visto, tendrá mucha Rosie Larsen que tratar).
Los Larsen acapararon mayor protagonismo durante los primeros capítulos, sobretodo en cuanto a la adaptación a su vida tras la muerte de su hija. La aparición del primer sospechoso (Bennet Ahmed) llevó a que Mitch "obligase" a Stan a tomar cartas en el asunto. Junto a Belko, el padre de Rosie llevó a Ahmed al hospital, coincidiendo con la clara no inculpación del profesor de Rosie en su muerto. Terry, la hermana de Mitch, ha jugado un papel esencial, al ser ella quién dio una de las pistas definitivas para encontrar al asesino. También Belko tuvo su cupo de "posible asesino" cuando descubrimos la obsesión que tenía por la hija mayor de su jefe. Fue una cortina de humo que a todos nos hizo caer en la falsa acusación. Al final Mitch ha sido incapaz de seguir adelante con su vida y ha abandonado a su familia (¿por qué siempre he pensado que esta mujer era más culpable que inocente?).
Y por último: el punto de vista desde la trama política, la que muchos han considerado que sobraba de la serie. Era evidente que si se le daba tanto protagonismo, sería por estar relacionada con la muerte de Rosie. Y una vez más, nos han vuelto a engañar. Darren Richmond era presentado como el candidato honrado que nada tenía que ocultar. "El viudo de Seattle". Y en el (también fantástico) capítulo 12, su trabajada imagen quedaba hecha añicos. Pero como ya he dicho, era otra cortina de humo. Todo apuntaba a que "Orfeo" era el responsable de la muerte de Rosie: el testimonio de una de las chicas de Beau Soleil, su correo electrónico, el coche de la campaña, su foto en el peaje...
Pero la sorpresa ha llegado de la mano de Holder. La foto del peaje era una prueba falsa, formando parte de un plan elaborado con alguien (¿el/la verdadero/a asesino/a?). Cuando Linden lo ha descubierto se le ha caído el mundo encima, sentada en el avión dispuesta a volver junto a Rick y recuperar su vida. ¡Pobre detective Linden! Y Belko, dispuesto a hacer justicia y matar a Richmond cuando es detenido. Está claro que la segunda temporada no va a tener un caso que vertebre sus trece capítulos. El asesinato de Rosie Larsen aún va a dar mucho que hablar, y Linden tendrá que regresar a Seattle (si no se ha bajado ya del avión) pare ponerle la mano encima a Holder y su aliado/a. Lo dicho: me ha gustado el final, pro sorprendente. Vale que seguimos sin conoer la identidad del asesino, y que, incluso cuando parecía que el caso iba a cerrarse, nos la han dado con queso. ¿Pero acaso no forma parte de la dinámica de la serie?
Ha sido una muy buena primera temporada, que nos ha traído dos grandes descubrimientos: la dupla Linden-Holder. Tal vez la investigación ha tenido demasiada información innecesaria (los cliffhanger de los primeros capítulos terminaron no aportando nada al caso), pero no quita para reconocer su muy buen desarrollo y su fantástico último tramo.