En las montañas de la provincia de Henan, en el este de la China, se encuentra uno de los monasterios budistas más famosos del mundo: el de Shaolin, conocido principalmente por sus monjes practicantes de las artes marciales, pero es también un lugar místico que está inscrito como Patrimonio de la Humanidad.
El monasterio fue fundado en el año 464 dC por el monje Botuo, quien desarrolló el estilo de kung fu que ha hecho famoso al monasterio; el nombre, Shaolin, se refiere al monte Shaoshi, en la que se encuentra el templo. El monasterio ha sido destruido y reconstruido varias veces; en una de estas ocasiones, acontecida en el siglo XVII o XVIII (la fecha varía según la fuente), se dice que cinco monjes escaparon y que gracias a ello el estilo Shaolin se expandió por todo el país.
Se dice que este estilo de kung fu fue desarrollado por Botuo como antídoto contra la letargia y el entumecimiento de los músculos que producía la meditación: el templo pertenece a la rama del budismo zen, que se centra en la meditación más que en el estudio. Los monjes han practicado las artes marciales a lo largo de muchos siglos, pero no fue hasta hace pocos años que se convirtieron en reclamo turístico para el monasterio.
Cerca del templo se encuentra uno de los lugares más emblemáticos del monasterio: el bosque de pagodas, compuesto por 228 construcciones de piedra y ladrillo construidas a lo largo de más de mil años. Estas pagodas tienen una simbología en cuanto al estilo, forma y altura, y forman una especie de registro de los monjes más notables que han vivido en el templo.
El monasterio de Shaolin se encuentra cerca de la ciudad de Dengfeng, a unas 8 horas de Beijing. Merece la pena visitarlo si estás en un viaje por el este de China, y si quieres puedes alquilar un coche en Beijing visitando esta página.