Cuando pensamos en China, creamos la imagen mental de emperadores, monjes budistas, la gran muralla y, aunque suene mal, arroz y cerdo agridulce. Hoy me gustaría poder ofrecer una visión especialmente particular de un mito creacional. Una versión que difiere totalmente del tronco indo iranio y que en todo caso es interesantísima.
Para los chinos, la antigüedad más primigenia, tenía forma de huevo. El mundo era un huevo del que un día, un dios demiurgo (creador) brota y rompe el cascarón. Este dios, crece y crece durante aproximadamente 18 milenios, y como es mundo era un huevo y él está en medio, al crecer va separando las partes derruidas: firmamento y tierra.
Sin embargo, no era un dios eterno, y poco a poco inicia un proceso de decadencia y cuando muere, las diferentes partes de su cuerpo, forma la materia y sustancia del mundo y universo.
Entre esta materia, nacen los descendientes de este demiurgo. Son cuerpos de serpiente y cabezas de hombre. De estos "monstruos" surgen más descendientes. En especial, va a resaltar
el pueblo del barco de hierro, un pueblo que no puede entrar en el paraíso, y que por tanto queda a vivir en lo terreno.
Ya aquí observamos una cantidad de detalles increíbles. La introducción de un pueblo civilizador (barco de hierro) y el uso común en muchos pueblos , del hierro como elemento anexo a culturas superiores, queda también patente en el extremo oriente. Tenemos por tanto un "arjé" extravagante, y una entrada a lo civilizado, similar a pueblos indoeuropeos. Puño de hierro en guante de seda...
Esta gente del barco (cuya historia dejo para relatar más adelante),luchan contra el llamado Duque del Trueno, un demonio alado, en un mundo en el que las sierpes humanas luchan entre sí, y en el que el mundo y su formación es una metáfora de un eterno combate entre los dioses...Las sierpes y los dioses se agrupaban en dos bandos: Agua y fuego.
Es sin embargo un caos ordenado que continúa hasta que, un día, un dios del fuego cae en el agua diabólica y viceversa. Esta alteración rompe el espacio, el cielo cae sobre la tierra a trozos y el fuego inunda bosques y montañas hasta que una diosa restablece por fin el orden.
La gente del barco, pese a no poder entrar en el paraíso y pese a sufrir los estragos de los continuos combates divinos, llaman, una vez pacificada la situación, la atención de los dioses. Esto es, el primer acercamiento de los dioses a los humanos.
Los dioses no obstante serán belicosos y al llegar a la tierra luchan divididos en cinco facciones, en una guerra fraticida. Los supervivientes querrán vivir en la tierra, en cinco fuertes. En un principio se alimentaban de carne mágica que crecía e tinajas, pero no obstante, poco a poco aprendieron a labrar y pastorear.
Y por último florecen las pasiones en los dioses, que se acaban por mezclar con las mujeres de los valles de la tierra. De ellas, nacen híbridos, cuyas vidas se van acortando según la sangre se mezcla.
Para rejuvenecerse, los humanos debían favores a los dioses, cosa que durará hasta otra guerra divina destruya la conexión del celo y la tierra. Una gigante escalera que conectaba ambos mundos.
El caos, continuará hasta que el señor del tambor (trueno) El Gran Señor Amarillo, acabe con el caos y supervise las vidas humanas pero eso, lo dejamos para más adelante...