PorJeroen Sangersel28 de Abril 2009
Hasta hace unos 200 años no existía ninguna separación entre la vida laboral y personal, solo había vida en general. La gente se despertaba, desayunaba, daba comida a los animales, cosechaba la fruta, arreglaba ropa, preparaba comida, etc., todo en el mismo día sin etiquetar las actividades como trabajo o personal.Revolución industrialLa revolución industrial cambió todo eso. Para que las fábricas pudieran funcionar, fue imprescindible que todos los empleados estuvieran presentes al mismo tiempo. La introducción del horario fijo hizo que los empleados de las fábricas tubieran una clara distinción entre el tiempo que estaban trabajando en la fábrica y el tiempo que estaban en casa. Poco a poco la gente dedicaba más de su tiempo fuera de la fábrica a actividades de ocio, como deportes, mirar la televisión y vacaciones.Vida de oficinaLa siguiente revolución en la manera de trabajar, el trabajo de conocimiento en las oficinas, también tenía un impacto grande en la manera de trabajar, pero extrañamente no acabó con los horarios fijos. Gran parte de las tareas en una oficina no requieren la presencia de otras personas y con la tecnología actual se pudría hacerlas en cualquier sitio y/u hora.
Creo que hay dos motivos para mantener el horario fijo en estos casos. Los jefes quierencontrolar lo que sus empleados están haciendo en cada momento (igual que en las fabricas) y aún no han aprendido a gestionar el personal basado en los resultados obtenidos. Por otro lado, a muchos empleados también les interesan los horarios fijos, porque así tienen sus horas de diversión garantizadas.Hasta aquí todos contentos, ¿o no?Poco a poco notamos que nos resulta más difícil mantener nuestras dos vidas completamente separadas. Para poder hacer trámites tenemos que pedir tiempo libre durante el día, y si hay mucho trabajo pasamos más horas en la oficina (pero nunca salimos antes si hay poco trabajo). Cada vez hay más gente que lleva trabajo a casa para hacer durante el fin de semana, y también recibimos más llamadas y SMS personales en nuestros móviles mientras estamos en la oficina. Además, como nuestro trabajo no es físico, nuestra mente tiene problemas de separar las dos vidas, así que mientras estás en la cola de la supermercado piensas en la reunión con el cliente importante que vas a tener mañana (siempre llevas un bloc de notas para apuntas estas ideas, ¿verdad?) y si estás procesando tu correo electrónico en la oficina estás pensando en las vacaciones de verano.
Es por esto que el consejo es tener solo un sistema de productividad para tu vida integral. Separar la vida laboral de la vida personal es algo contra-natural. Tenemos que volver a cambiar el significado de la palabra Trabajar a su significado original: hacer y cambiar cosas. Es igual si estás escribiendo una oferta para un cliente, pintando tu casa, diseñando la web de la empresa o lavando la ropa: estás trabajando. La única diferencia es que a veces estás trabajando hacia las metas de otras personas (que te pagan por eso) y a veces trabajas hacia tus propias metas.Lenguaje y Comunicación Universidad de Antioquia - Blog no oficial de cursos relacionados con el área de Lenguaje