Pero el dato más llamativo lo proporciona un artículo de Treitz, en el que hace referencia al lago Victoria, en África. Comenta “Consideremos ahora el lago Victoria, con sus 69.000 kilómetros cuadrados, y permitamos bañarse allí a toda la humanidad. Ello equivaldría a una red de personas separadas entre sí unos tres metros, por lo que llevar a cabo el experimento no sería demasiado incómodo (salvo el viaje de varios cientos de kilómetros sobre la superficie del agua, que resultaría costoso y debería plantearse bien). Es decir, según Treitz “todos los habitantes de la tierra podrían chapotear a la vez en el lago Victoria a una confortable distancia de 3 metros entre uno y otro”.
Más que superpoblación, con una tasa de natalidad del 1.3 el peligro parece otro: el invierno demográfico.