El mito de la unidad de las izquierdas

Publicado el 24 enero 2019 por Manuhermon @manuhermon


1.- LOS HECHOS HISTÓRICOS
‘Ahora sí, las izquierdas juntas gobernaremos.’   Pero… nada indica que esta vez sea diferente.
Asamblea Nacional Constituyente surgida de la Revolución Francesa, 11 de septiembre de 1789, en la discusión de uno de sus artículos se establece la posibilidad de veto absoluto por parte del Rey a las leyes emanadas de la Asamblea; los que estaban a favor se sitúan a la derecha del presidente de la misma, los que defienden la soberanía nacional, por tanto contrarios al absolutismo, se ponen a la izquierda. Desde entonces, la Izquierda es asociada a la defensa del cambio social y los valores de la Ilustración, racionalidad y laicismo, concentrados en las proclamas de libertad, igualdad y fraternidad, o solidaridad, que dieron lugar a la Revolución Francesa.
Condorcet es uno de los más destacados ilustrados, activo partidario de la Revolución desde sus inicios, representante de París en aquella Asamblea; en 1791 es elegido secretario de la misma. La Asamblea lleva a Luis XVI ante los tribunales acusado de traición, Condorcet es uno de los acusadores, aunque contrario a que el Estado practicara la pena de muerte. En 1793 votó en contra de la constitución de los jacobinos, considerado desde entonces traidor a la revolución, es perseguido, se da a la fuga, finalmente encarcelado. El 29 de marzo de 1794 murió en su celda.
 ‘Condorcet fue uno de los grandes matemáticos de todas las épocas, uno de los fundadores del cálculo diferencial y el primero que estudió el posible empleo de las matemáticas en la toma de decisiones…Fue también defensor de la igualdad de derechos de la mujer, de los pueblos y las razas y un abolicionista que planificó el primer sistema educativo nacional’.  ‘La Ilustración.’ Anthony Pagden. Alianza Editorial.2015.
Desde el instante que nace el concepto Izquierda, un sector de los revolucionarios liquidó a individuos que poco antes eran camaradas o aliados. No es que en el pasado, antes del S XVIII, no ocurriera lo mismo, siempre hubo enfrentamientos entre individuos que podían coincidir en la defensa de intereses similares, lo significativo del mito de la unidad de las izquierdas es que pasa el tiempo y nuevas generaciones vuelven a soñar con esa especie de paraíso, sin aceptar que existen diversidad de grupos porque hay diversidad de intereses y sensibilidades, hay multitud de emociones y sueños que darán lugar a cosmovisiones diferentes, aunque parezcan coincidentes, o incluso lo fueran momentáneamente, siempre existieron grupos que creyendo estar en posesión de la verdad pretendieron obligar a los otros a vivirla como ellos.
Dentro de las izquierdas, -en toda ideología, lugar y época-, hay teorías e individuos que creen que la solución pasa por derrotar a los otros, y convertirse en libertadores del pueblo; creen que los conflictos se sustancian aplastando a los que piensan diferente. Existen grupos enfrentados dentro del mismo panel ideológico, en este caso izquierdas, los seres humanos que desarrollan espíritu crítico se creen fácilmente en posesión de la verdad, quizás confundidos con los esfuerzos realizados para llegar al conocimiento que los hace sentirse superiores. Naturalmente también hay enfrentamientos brutales dentro de las izquierdas, porque entre dichos grupos e individuos conviven intereses distintos, de clase, nacionalidad, religión, sexo… diferentes postulados ideológicos, políticos, económicos, de identidades cruzadas en porcentajes diferentes… La historia está jalonada de conquistas de libertad e igualdad, justicia y solidaridad, protagonizadas por las izquierdas. Pero también protagonizaron múltiples luchas fratricidas.
Los siglos XIX y XX están bañados por la expansión del movimiento obrero en lucha contra la explotación y por un mundo nuevo; las luchas por los valores laicos, reconociendo al ciudadano como piedra angular de derechos y la separación de Iglesia y Estado, luchas por la libertad, igualdad y solidaridad, toman su mayor fuerza y empuje dentro de la lucha de clases; contra la explotación y represión nacen, se organizan y luchan las grandes corrientes anarquistas, socialistas y comunistas. Aunque las sufragistas existieron en el XIX, la lucha feminista cobrará un enorme empuje en el XX, el siglo de la revolución de la mujer, y tras la II Guerra Mundial crecerá el movimiento ecologista, ambos movimientos con similares prácticas de enfrentamientos internos y diferenciación de intereses volcadas en escisiones.
De cada corriente principal surgen unas cuantas que se diferencian entre sí, dichas corrientes secundarias a su vez alumbrarán múltiples organizaciones y grupos que se pelearán por ser los más puros en la interpretación de los textos fundamentales, al tiempo creerán ser los más eficaces luchadores para conquistar un mundo sin explotación ni represión… La unidad de la izquierda comenzará por contener tres o cuatro grandes corrientes: anarquistas, socialistas, comunistas –luego también feministas y ecologistas- que se irán fragmentando en otras varias cada una de ellas, que a su vez se irán escindiendo en multitud de grupos. Particularmente destacable es que todos los partidos o grupos, fueran grandes o pequeños, de hace cien años o diez, todos hablarán de crear la unidad de la izquierda; pero en torno a ellos. No toda la historia de las izquierdas se pierde en luchas internas, ni mucho menos, las conquistas sociales están unidas a fuertes luchas empujadas por partidos de izquierdas, pero conviene considerar  la experiencia histórica de momentos cruciales en los que la violencia interna entre las izquierdas se desató. Ello también forma parte de la experiencia resumida a continuación.
La Primera Internacional. El movimiento obrero tuvo un marcado carácter internacionalista que fue plasmado en la creación a mediados del XIX de la AIT, (1864), inicialmente con amplia diversidad de movimientos y tendencias, multitud de grupos se unieron. Marx tuvo un papel preponderante en su creación, en ella confluyeron socialistas y anarquistas, -inicialmente Proudhon por poco tiempo por fallecimiento-. Bakunin se incorpora cuatro años después, produciéndose múltiples luchas internas entre las dos grandes corrientes, hasta la expulsión de Bakunin pocos meses después de la Comuna de París de 1871. La Internacional se disuelve en 1876 sin haber logrado la unidad de las izquierdas, al contrario, provocando innumerables enfrentamientos entre socialistas y anarquistas, sin duda con argumentos de calidad desarrollados en una u otra acera por eminentes intelectuales.
La Segunda Internacional (1889-1916) el Primero de Mayo como fiesta de los trabajadores y el himno de La Internacional se deben a ella. Reduce la confluencia unitaria de las izquierdas a los partidos marxistas, lejos de hacer más sencilla la unidad partiendo de una sola gran corriente, mostró nuevas segregaciones, los socialismos se fragmentan en dos grandes corrientes, revolucionarios y reformistas, -Rosa Luxemburgo, Eduard Bernstein-. La Iª Guerra Mundial, aumentó aún más la desunión y los enfrentamientos al sumar a la identidad de clase, los componentes nacionales, provocando rupturas y violentas luchas entre las izquierdas.
La Tercera Internacional, o Komintern, nace tras la Revolución Rusa en 1917, vive hasta la IIª Guerra Mundial. Se creó por Lenin, nuevamente el mito de la unidad de las izquierdas se hace trizas por los combates de los partidos comunistas contra los socialistas y anarquistas de los países europeos, en esta ocasión al pretender subordinar toda acción al bien supremo de la defensa de la revolución en un solo país, la defensa de la URSS. Mientras en Europa nacen los fascismos y es entonces cuando el Komintern impone a los partidos comunistas europeos la política de todos juntos, izquierdas y republicano burgueses contra el fascismo. En 1935 postulan el Frente Popular en Francia y España y vencen en las elecciones de 1936.
La Cuarta Internacional nace en 1938, como consecuencia de la persecución de los comunistas a los trotskistas, (Stalin contra Trotski). Otra vez el mito de la unidad de las izquierdas queda arrumbado; cada nueva Internacional es sinónimo de otra corriente de izquierdas, cada vez que se intenta nuclear y unir las organizaciones obreras a través de una nueva Internacional, implícitamente está suponiendo aceptar que la unidad de las izquierdas es un mito. El mito de la unidad en revoluciones triunfantes
‘Antes del estallido de la guerra (en los 40) en la Escuela de Periodismo de Minsk, al regreso de vacaciones de verano no quedaba ninguno de los profesores del curso anterior: Los habían arrestado a todos.’

Svetlana Aleksiévich.El Fin Del Homo Sovieticus’. Acantilado.


En las revoluciones triunfantes la unidad entre revolucionarios pareció frágil; al margen de enormes desastres, represión y muertes infringidas a los derrotados, aquí interesa poner el foco sobre las relaciones internas entre los vencedores. En la Revolución Rusa no solo fueron perseguidos los aristócratas y los blancos, también fueron aniquilados miles de líderes revolucionarios, cuadros políticos de primer nivel, los discrepantes y críticos de izquierdas eran torturados y enviados a gulags, fueran intelectuales, diplomáticos, expertos gestores, obreros, dirigentes, artistas, poetas, -la revolución estuvo fuertemente apoyada por millares de artistas, poetas, escritores, cineastas, pintores… liquidados poco a poco-. Lo paradójico es que los verdugos de un año, pasaban a ser víctimas al siguiente año.
Las purgas comenzaron desde el principio, pero estallaron en la segunda mitad de los años treinta, cientos de miles de militantes del partido fueron expulsados y perseguidos entre 400.000 y 1.000.000 -’En el XVII Congreso (1934) tenía el P.C.U.S. 2.817.000 afiliados, en el XVIII Congreso (1939) había descendido a 1.568.000; a la diferencia habría que sumar los miembros nuevos y deducir las bajas por razones diversas, desde fallecimientos hasta expulsiones que no iban acompañadas de detención, y quedaría una cifra de cerca de un millón de miembros del Partido arrestados. ‘Auge y caída del comunismo’. Antonio Fernández García. Cuadernos de Historia Contemporánea. 1999, número 21.-Perseguidos y represaliados fueron bolcheviques, socialistas, comunistas, anarquistas, izquierdistas, enviados a gulag y/o ejecutados; todos los líderes bolcheviques compañeros de Lenin en su Gobierno y Comité Central de los primeros tiempos fueron procesados.–
Otro aspecto es el terror global, fuera de la intención de este trabajo que pretende centrarse en las luchas fratricidas izquierdistas, a pesar de ello no me resisto a facilitar un apunte. Centenares de miles de rusos fueron expulsados de sus aldeas y de las grandes urbes, reprimidos, torturados e internados en campos de concentración por los jerarcas comunista, las cifras que manejan distintas fuentes pueden llegar a finales de los años treinta hasta 14 millones de detenidos, un millón de ejecutados y dos millones de muertos en los campos/gulags, Robert Conquest, ‘El Gran Terror’. En otra obra estremecedora publicada recientemente, resulta difícil seleccionar solo unos pocos párrafos de sus 1.000 páginas para mostrar la eliminación de cuadros militantes de izquierdas, algunos de la vieja élite revolucionaria, cuadros bolcheviques, generales, altos dirigentes fabriles, deportistas, todos conspiradores, espías, traidores, golpistas,…
‘En el espacio de un año (1937) fueron arrestadas cerca de dos millones de personas, unas setecientas mil de las cuales fueron asesinadas, y casi 1.3 millones enviadas a los campos de concentración y a colonias de trabajos forzados’… ‘a principios de 1939, 110 de los 139 miembros y candidatos del Comité Central elegidos en 1934 por el XVII Congreso del Partido Comunista, habían sido detenidos, a mediados de 1939 en la ciudad y territorio de Moscú solo quedarían ejerciendo su cargo 7 secretarios del Partido de aquellos 139, todos los demás habrían sido arrestados y fusilados o cometido suicido’… ‘De las 63 personas elegidas en mayo de 1937 para integrar el Comité regional del Partido en Moscú, solo quedaban 10 en sus puestos en junio de 1938…’ Karl Schlogel. ‘Terror y Utopía. Moscú en 1937’. Acantilado.
En China tras el triunfo de la revolución en octubre de 1949, durante el maoísmo triunfante sucedió algo parecido a Rusia, no solo hubo represión y aniquilación a los no revolucionarios, sino que también en las propias filas del Partido Comunista las purgas fueron intensas, en la mitad de los años cincuenta, afectaron a más del 10% de los militantes. Aquí los datos son más imprecisos que en Rusia, en donde tras el derrumbe del socialismo se fueron abriendo archivos con nuevas informaciones que permitieron contrastar y consolidar informaciones anteriores.
En la segunda mitad de los sesenta la Revolución Cultural supone  violentas luchas internas entre los diferentes grupos de poder del Partido, son luchas cainitas entre camaradas con posturas izquierdistas. –Lin Biao sucesor de Mao, muere en accidente de avión en 1971 cuando intenta escapar, enormes discusiones siguieron para determinar si era un revisionista o un extremista de izquierda-. El ejemplo sintetiza la dinámica de la Revolución Cultural, que supuso otra vuelta de tuerca a la represión interna que llevó a ‘reciclarse’ a campos de trabajo a millones de cuadros militantes, dirigentes del Partido Comunista y miembros de anteriores gobiernos maoístas. Para terminar con los desmanes de la Revolución Cultural, Mao imprime un giro represivo de 180º, cedió poderes al ejército que desató una feroz represión de los que días antes eran los ejecutores.
En el sudeste asiático, sobre todo en Laos y Camboya ganaron las fuerzas comunistas tras la guerra de Vietnam, la brutalidad de las purgas y asesinatos fueron enormes en Camboya donde se produjo uno de los mayores genocidios del siglo XX -un 30% de la población murió-. El Khmer Rojo, los jemeres rojos, comunistas rabiosamente nacionalistas, enfrentados tradicionalmente a los comunistas vietnamitas, en 1975 Angka, el partido comunista, tomaron el poder con Pol Pot a la cabeza, durante mucho tiempo mantuvieron en secreto la identidad de los miembros del gobierno, expulsaron con las armas a millones de individuos de las ciudades al campo, considerados traidores a la causa por ser población urbana, hasta prohibieron la palabra ‘dormir’ y la medicina moderna.  
Entre 1975-1979 asesinaron a millones de compatriotas, gran parte de los cuales eran compañeros de la guerrilla. En uno de los muchos centros de tortura y exterminio que se crearon, Tuol Sleng, ubicado en lo que había sido un colegio secundario. De las veinte mil personas que entraron en él, en su mayoría militantes del KR acusados de traición, se conocen sólo seis sobrevivientes. Camboya y el Khemer Rouge: ¿Cómo fue posible? Uriel Kuzniecki. 2009. Los comunistas de Pol Pot masacraron a cientos de miles de comunistas camboyanos, luchas cainitas entre izquierdistas, hasta que fue derrotado por los comunistas vietnamitas en 1979, que entraron en Camboya en ayuda de un sector de comunistas camboyanos aliados.
España: Un paradigma de luchas entre izquierdistas
‘El comienzo de la revolución española –la única revolución que tuvo lugar en Europa durante la existencia de la Internacional Comunista, aparte de la efímera república soviética húngara de 1919- cogió desprevenidos a los dirigentes del ‘partido mundial’.  ‘La crisis del movimiento comunista’, Fernando Claudín.
España es modélica en luchas izquierdistas, enfrentamientos de unos contra otros y dentro de cada gran corriente o agrupamiento, que históricamente fueron: los anarcosindicalistas, FAI y CNT –La importancia mundial del anarquismo español fue enorme, el Congreso extraordinario de Madrid en 1931, cuentan que reunió a ¡¡¡500.000 afiliados!!!-. La otra gran corriente vinculada al marxismo fueron los socialistas –Indalecio Prieto vs Largo Caballero-. Anarcos y socialistas no son defensores inicialmente de la República de abril de 1931, la consideran puramente burguesa, los socialistas restringirán su colaboración con ella y los anarcos plantearán ninguna colaboración. Las escisiones crearán nuevas fuerzas de izquierda comunistas, trotskistas… dice Claudín que adscritos a la III Internacional en 1931 contarán en España solo con 800 miembros, su postura inicial se condensa en la consigna de ‘Abajo la república burguesa de los capitalistas, los generales y el clero’, (sic), utilizada con la intención de despreciarla llama la atención su ‘claridad de percepción’ cuando al tiempo se extiende la quema de iglesias y mientras los generales preparan un golpe de estado. ‘Una huelga parcial puede tener mayor importancia para la clase obrera internacional que ese género de ‘revolución’ a la española, efectuada sin que el partido comunista y el proletariado ejerzan su misión dirigente. Manuilski. Comité Ejecutivo Komintern. Febrero 1930.’ Citado en ‘La crisis del movimiento comunista’, Fernando Claudín. Ediciones Ruedo Ibérico.1970.
España vive en los años treinta una situación explosiva, pre-revolucionaria, en la cual los enfrentamientos violentos dentro del campo de las izquierdas fueron constantes desde 1931 y en plena Guerra Civil, mientras la República está sometida a intensos ataques fascistas, los partidarios de ‘hacer la revolución para ganar la guerra’ y los partidarios de ‘ganar la guerra para hacer la revolución’ facilitaron la destrucción de ambas por el ejército franquista. Unos hechos quedaron escritos para la historia de las luchas entre izquierdistas, la aniquilación del POUM, -anarco marxistas-, narrado poderosamente por George Orwell en ‘Homenaje a Cataluña’.
Tras la derrota de la IIª República y la postguerra, en el tardo franquismo, desde el 68, nuevos movimientos sociales, comunismos, antiimperialismo, feminismo, ecologismo, democracia radical, derechos civiles,… inician una nueva época visualizada en: París, Praga, Vietnam, Berkeley, Berlín, Italia…, desde entonces hasta la Transición, las disputas entre izquierdistas viejos y nuevos vuelven a arreciar, multitud de partidos y grupos políticos luchan entre sí. José M. Roca en ‘‘El proyecto radical’, La Catarata 1994’, cifra en 50.000 el número de militantes en los momentos de máxima expansión; Leguina los sitúa en 15.000, en mi opinión no más de 30.000, que después de la muerte de Franco aumentarían al ir disminuyendo la represión.
Entendiendo por militancia un compromiso estable y duradero durante cierto tiempo en el que se acepta la disciplina de organización y se realizan acciones de agitación, propaganda y proselitismo en lucha contra los poderes políticos y económicos. En la obra citada J.M. Roca referencia 80 grupos de los que sigue el árbol genealógico de innumerables escisiones, pág. 49 ss. (Posteriormente a este escrito, en el Congreso ‘Las otras protagonistas de la Transición: Izquierda Radical y Movilizaciones Socialescelebrado en Madrid en febrero de 2017, presenté la ponencia ‘Militancia radical. Éramos muy pocos’, en la que aporto datos y cifras sobre el tema).
‘De modo que, cuando la rebelión militar de julio de 1936 puso a la República a los pies de los caballos, los partidos y sindicatos que acudieron a sofocarla conservaran, por encima de su adhesión o lealtad republicana, su identidad propia, su cultura y prácticas políticas, sus estrategias y sus metas finales, que no eran la República de 1931 sino el comunismo, el socialismo, el anarquismo o la independencia de sus naciones: por eso luchaban y por eso morían y por eso merecen ser recordados.’ Santos Juliá ‘Una tradición inventada’
Muchos años después de derrotada la IIª República, será cuando muchos defiendan el mito, el imaginario de lo que pudo significar. Muerto Franco, ya en la democracia, miles de nuevos activistas de todo tipo y condición portarán la bandera republicana en cada manifestación o reivindicación como símbolo de izquierdismo, los nuevos izquierdistas no sabrán que la República fue combatida en sus inicios por amplios sectores izquierdistas, entonces revolucionarios, malamente soportada después, apoyada según criterio de cada uno por su lado, sin reconocer nunca una autoridad unitaria, traicionada en plena guerra por los nacionalistas, PNV, ERC que intentaron pactos con Franco y otros gobiernos extranjeros, alemán e italiano…
La II República contaba inicialmente con los republicanos burgueses, la intelectualidad, las pocas clases medias urbanas y por muchas familias campesinas y obreras –otras familias obreras y campesinas apoyaron a las izquierdas revolucionarias. La República en gran medida estuvo abandonada por corrientes y partidos izquierdistas, es hoy después de muchísimos años cuando se festeja y reclama como símbolo, por izquierdistas que agitan su bandera tricolor. Para contraponerla a la democracia.
Un aspecto destacable relacionado con el mito de unidad durante la lucha antifranquista; a partir de los años sesenta todos los izquierdistas mencionábamos en nuestros papeles la pretensión de unidad, tanto los partidos clásicos como los nuevos, los pro rusos o pro chinos, los trotskistas, los albaneses, los guerrilleros… todos decíamos construir el partido porque el PCE y el PSOE eran traidores para unir a la clase obrera, en España, durante el franquismo el movimiento feminista y ecologista fueron secundarios. Todos descalificábamos al resto, unos querían construir la democracia, otros hacer la revolución, o la revolución permanente, o construir una democracia popular,… Una docena de partidos izquierdistas obtuvo en 1979 algo menos de un millón de votos, insuficientes los de cada uno para sacar diputados, -El PCE obtuvo cerca de dos millones, el 10% de los votos- otros partidos se abstuvieron; y HB, EE, PAR, ERC, lograron diputados por mayor concentración provincial de votos, tras sumar en total 474.655 votos.
Un caso particular aumenta las disensiones en las izquierdas españolas, se trata de la plurinacionalidad, lo cual está conduciendo a algunos activistas a defender el derecho de autodeterminación, -dicen pretender separar lo unido para después volver a intentar unirlo federalmente- ya que consideran Galicia, Euskadi y Cataluña como colonias, por tanto con derecho a independizarse, ello implicaría aceptar una ilusión que choca con la evidencia, sería la dominación política, económica y cultural ejercida por los castellanos, extremeños, andaluces… que tendrían supuestamente mayores derechos y riquezas que los habitantes de esos territorios supuestamente colonizados, a quienes por tanto explotarían y reprimirían. En la actualidad habiendo desaparecido la soberanía absoluta de la escena de las naciones, con gran parte de la soberanía nacional compartida dentro de la España federal actual, y mucha soberanía repartida dentro de la Europa comunitaria y la eurozona; para otros muchos, la pluralidad de naciones no debería ser impedimento político para convivir en el mismo estado democrático; al fin y al cabo en el mundo hay unas 6.000 naciones y solo 200 estados, lo cual indica que la mayoría de estados son plurinacionales.
2.- LAS CONCLUSIONES
‘Ojalá nunca tengas que vivir tiempos de cambio. Son pocos los que han conseguido permanecer fieles a lo que fueron.’ Svetlana Aleksiévich.
Un velo cubrió la historia de las luchas fratricidas entre las izquierdas, a pesar de existir amplia documentación sobre las luchas internas, su difusión y expansión entre la ciudadanía fue limitada por el mundillo izquierdista, por desinterés o con la justificación de la utilización derechista que se hacía de la difusión de la represión izquierdista. De hecho hoy se sigue negando por mucha gente la realidad de las purgas, campos de exterminio, gulags y represión rusa o china… y ello a pesar de que tras el derrumbe del comunismo muchos archivos que permanecían secretos se han abierto documentando la información conocida y ampliando considerablemente cifras de aquellas brutalidades. La consecuencia es que una y otra vez entre las bases sociales progresistas sigue aflorando el mito de la unidad de las izquierdas, y lo que es peor la utilización del carácter emocional, populista, por parte interesada hace perder posibilidades concretas de compromisos asociados a la fuerza de la racionalidad. Escuchar a un individuo hablar de la unidad de la izquierda no me causa desasosiego, entiendo que se trata de una ilusión, una emoción, tal como desear el fin de la explotación y las desigualdades, o desear el paraíso de los creyentes. Pero cuando oigo, o leo, a un líder de un partido de izquierdas jugar con la emoción de que tal o cual proyecto político supone la unidad de las izquierdas me pongo en guardia, porque suelen pretender que tome partido, o ellos o nosotros,aunque las opciones pueden ser varias: los dos son peores, los dos son mejores, una parte de uno y otra de otro, al revés, distintas proporciones de unos u otros… máxime si dichos líderes son politólogos, sociólogos o profesionales del estudio, que conocen la historia de las luchas izquierdistas. Entonces mis recuerdos me previenen contra la utilización populista de un deseo que podría ser individualmente digno, pero partidistamente pretende jugar con las emociones para movilizar a los ciudadanos a favor de un proyecto concreto en el que la unidad es secundaria ante la conquista del poder. Ante las dificultades resucitan los mitos, las crisis aumentan la adhesión a las iglesias y creencias esotéricas, ¿podría suceder algo parecido con el resurgir del mito de la unidad de las izquierdas? Los hechos citados en la primera parte son un resumen simplificado de los enfrentamientos cainitas entre camaradas militantes que lucharon por un mundo sin explotación y por la libertad. Lo que se pretende destacar aquí, son los enfrentamientos dentro del mismo bando teórico, incluso entre compañeros que durante un tiempo pelean juntos, el aspecto sobre el que se quiere poner el foco es la violencia interna ejercida contra los cercanos, la protagonizada por izquierdistas entre sí, dejando apartadas las luchas entre revolucionarios y contras, entre rojos y blancos… que pudieran tener otra interpretación. El número de organizaciones citado es un resumen muy simplificado de los grupos protagonistas en cada momento, pero se puede generalizar que en todo lugar y época y en toda corriente ideológica o política, tras un cierto nivel de unidad logrado al poco tiempo se produce una segregación, no mucho después se produce otra fracción de la escisión anterior hacia una parte menor que pretende comenzar nueva andadura y crecer bajo postulados de unidad, siempre utilizando denominaciones tales como: unidad de las izquierdas, unidad de la clase obrera, unidad de los revolucionarios, unidad de… La importancia de las luchas fratricidas izquierdistas está, en primer lugar, en reconocer que han existido, en toda época y espacio, en períodos de luchas defensivas y ofensivas, en momentos en los que la reacción los perseguía y derrotaba y en momentos gloriosos de victorias revolucionarias. Las luchas dentro de las izquierdas han sido una constante del movimiento obrero. Es necesario admitirlo, sin lo cual será complicado entender a los seres humanos en sociedad luchando por sus intereses con mayor violencia en los momentos críticos en los que perciben que su vida se desmorona y/o se abren puertas a las utopías. Aceptar los hechos, las constantes escisiones y enfrentamientos violentos dentro de las izquierdas, es un primer paso que todavía muchos no asumen tachándolos de falsas manipulaciones. Otra cuestión serán las causas concretas que los provocaron, en parte están argumentadas en innumerables estudios por cada corriente intelectual o ideológica. Algo no funciona en las izquierdas bajo el esquema del unitarismo cuando siempre da lugar a posturas excluyentes, la propaganda y acción política que pone en marcha fomenta la dicotomía de amigo/enemigo, o ellos o nosotros; y no parece que esta postura pueda ser explicada únicamente por la presión de las condiciones externas, por los contras, la carcunda, el fascismo, el imperialismo, la guerra,… Al menos dos grandes líneas de interpretación se pueden seguir: 1.-) Las teorías marxistas, anarquistas, comunistas, trotskistas,… no explican suficientemente el por qué de estos procesos. Incluso se puede dar otro giro, aceptando que dichas teorías los fomentan, al fin y al cabo son las bases filosóficas e ideológicas en las que bebió el movimiento obrero con la experiencia citada.En este caso surgen algunas dudas, aceptando que tuvieran una parte de responsabilidad, ¿cómo explicar entonces que dichos procesos se repitan en el movimiento feminista, y en el ecologismo? Los enfrentamientos y escisiones son constantes en estos movimientos, sin duda con menor violencia que dentro del movimiento obrero, probablemente pueda explicarlo sus componentes de mayor transversalidad de intereses tanto en militancia como en objetivos. Otro factor que ayudaría a comprenderlo sería la ausencia de experiencias históricas de lucha por conquistar y mantener el poder. Una línea en la interpretación de la sucesión de hechos históricos es la esgrimida por el trotskismo y por quienes pretenden reducir su responsabilidad a unos pocos individuos; argumentan que; los trotskistas conocíamos desde hace muchos años las purgas y represión, y lo denunciamos en su momento, lo cual no les impide seguir considerando el comunismo como el objetivo paraíso. Presuponen que los desastres y brutalidades fueron consecuencia de Stalin, sin duda individuo con un papel importantísimo en la represión interna, pero al conceder exagerada importancia al aspecto individual, luego resulta complicado aceptar que en las luchas sociales son los movimientos colectivos quienes explican más y mejor los procesos, contradicciones, enfrentamientos, resultados… Las actas del Comité Central del Partido Comunista dan fe de múltiples intervenciones de sus miembros denunciando, condenando e instigando a la represión; miles de altos cuadros e intermedios del partido practicaron la denuncia y represión directa de sus compañeros en todos los ámbitos fueran administrativos, culturales, productivos, y en todos los territorios de la URSS; muchos generales y mandos militares detienen y reprimen a miles de izquierdistas en cuarteles, en el frente y lugares civiles; decenas de miles de rusos denuncian, persiguen y entregan a miles de camaradas en granjas, fábricas y centros educativos, deportivos, sociales… La amplísima represión entre izquierdistas desarrollada en Rusia, o China, no podría haberse realizado individualmente, o por unos pocos individuos. La experiencia española abunda en la idea de prácticas colectivas represivas, durante la República son grupos de militantes quienes combaten entre sí, por ejemplo en Barcelona. Durante el franquismo, cualquiera que haya militado en organizaciones de extrema izquierda tiene experiencia de peleas provocadas por las constantes fracciones, formando trincheras en ambos lados de la escisión, defendidas por grupos de militantes peleando contra sus nuevos enemigos, antiguos colegas. Naturalmente en todos los casos los líderes influirán en marcar caminos, pero no se hubieran producido ni tantas ni tan profundas luchas sin la participación colectiva. El qué motiva a esos colectivos de izquierdistas para aceptar y seguir a los chamanes que alimentan el fuego del enfrentamiento, es otra cuestión que se intentará abordar más adelante, -la ilusión fanática de crear un hombre nuevo, tiene que ver-, pero sin la participación colectiva por activa y por pasiva hubiera sido imposible producir tan profundas experiencias históricas. Otra interpretación pretende quitar importancia al aspecto de generalidad en los enfrentamientos cainitas izquierdistas, al intentar situar lo acontecido fundamentalmente en la URSS, en todo caso para otros países, adjudicarán a la III Internacional la responsabilidad de las luchas internas por la influencia de Stalin; pero ello no explica el resto de situaciones históricas anteriores y posteriores, en las que se produjeron hechos similares de enfrentamientos violentos entre izquierdistas. Por otra parte a pesar de la denuncia realizada en su época, mantener la misma postura hoy no parece suficiente. Enormes cambios provocados años después en China y el derrumbe del comunismo en la URSS, afloran nuevos datos sobre el pasado y sobre los comportamientos sociales del presente que en los años noventa inundan de salvaje capitalismo dichos países, lo cual debería dar lugar a nuevas interpretaciones. Todos los progresistas deberíamos reflexionar sobre la facilidad de la implosión comunista y la rapidísima expansión de la nueva moral de salvaje capitalismo ocurrido ante decenas de millones de soviéticos, se suponía que vanguardia obrera de la revolución mundial, pero que miraban sin actuar, con enorme pasividad, el surgimiento de un mundo que enterraba el suyo. Nuevos archivos y documentos se hacen públicos y van arrojando otra luz sobre interpretaciones antiguas que irán siendo arrinconadas. Las críticas de Bettelheim al Capitalismo de Estado en la URSS, -‘Las luchas de clases en la URSS’ I y II. Charles Bettelheim. Siglo XXI- podrían ser válidas para entender la inmediatez en la que ingentes recursos, que eran teóricamente propiedad colectiva, en manos del Estado dirigidos por una nomenclatura, han pasado en un chasquido a manos privadas, gánsteres que hoy gobiernan aquello. Cientos de libros marxistas sobre el capitalismo siguen aportando interpretaciones válidas para comprender la sociedad, pero otros muchos con teorizaciones sobre la URSS y China, sobre la construcción del partido y la revolución comunista quedan arrinconados ante los nuevos hechos surgidos en esos países y ante las aportaciones de los relatos sobre el pasado, por ejemplo de Karl Schlogel. Uno de los muchos párrafos escritos por la premio nobel Svetlana Aleksiévich es sugerente en cuanto aclaración sobre lo que pasó, y por qué.
‘Yo nací soviética… Mi abuela no creía en Dios, pero creía en el comunismo. Y papá estuvo esperando la vuelta del socialismo hasta el mismo día de su muerte…Papá estuvo en la guerra de Finlandia (1939/40) nunca tuvo muy claro el propósito de aquella guerra, le dijeron que había que librarla y allá fue… de esa guerra se hablaba poco…papá no nos habló de ella… de vez en cuando se iba de la lengua cuando bebía unas copas…el paisaje de su guerra era invernal…bosques cubiertos de una capa de un metro de nieve…los finlandeses se desplazaban con esquís, llevaban ropa de camuflaje color blanco y aparecían inesperadamente…En una sola noche podían masacrar un batallón entero… papá peleó seis meses hasta que cayó prisionero…Avanzaban sobre un lago helado y la artillería enemiga comenzó a disparar contra el hielo quebrándolo. Muy pocos hombres consiguieron alcanzar la orilla a nado y los que lo hicieron llegaban entumecidos y desarmados…medio desnudos. Los soldados finlandeses les tendían las manos para ayudarlos a salir del agua. Algunos aceptaron las manos tendidas; otros prefirieron ignorarlas… Respondían a las enseñanzas que habían recibido. Papá se sujetó a una de aquellas manos y lo sacaron del agua…contó con sorpresa que le dieron un vaso de aguardiente para que entrara en calor. Y ropa seca. Se reían y me daban palmadas en la espalda: ‘¡Estás vivo Iván!’…No entendía por qué estaban tan contentos…
La campaña de Finlandia concluyó en 1940…entonces cada bando intercambió prisioneros de guerra…Cuando los prisioneros finlandeses llegaban hasta los suyos les estrechaban las manos y los abrazaban. Pero a los nuestros, los rusos, no los recibieron así. ‘Hermanos, compatriotas queridos’ decían abalanzándose contra los soldados. Y éstos contestaban gritando ‘¡Firmes! ¡Tenemos orden de disparar a quien rompa filas!’. La columna de prisioneros soviéticos devueltos por Finlandia, fue flanqueada por soldados armados acompañados de perros pastores y conducida a unos barracones… rodeados de alambradas de espino. Comenzaron los interrogatorios… ‘Me sacaron del agua’ ‘¡entonces eres un traidor!’ ¡Preferiste salvar tu pellejo antes que luchar por la Patria!’.
Papá también se consideraba culpable. Es lo que le habían enseñado a su generación…No se celebró juicio. Al término de los interrogatorios, los reunieron a todos y les leyeron la sentencia: seis años de trabajos forzados por traición a la patria. Los enviaron a Vorkutá, donde trabajaron en la construcción de una vía férrea sobre el permafrist. ¡Dios mío! Corría el año 1941 y los alemanes estaban a las puertas de Moscú. A ellos los traban como a enemigos… Toda Bielorrusia había caído en manos de los alemanes…Escribieron cartas solicitando partir inmediatamente al frente de batalla…a Stalin… Invariablemente les respondían que como eran unos cerdos debían quedarse trabajando… Y ellos…papá…él mismo me lo contó… lloraban desconsolados… El cautiverio en el gulag le acortó la vida. Y la perestroika también. Sufrió mucho. No podía entender lo que estaba pasando en el país, en el Partido. 2.-) Tenemos que aceptar que además de teorías marxistas existen criterios de comportamiento como especie viva que afectan al conjunto de los seres humanos, -¿la biología explicará algo? Los genes se replican, con algún elemento diferente- No son solo las izquierdas quienes luchan entre sí, aunque hemos citado al movimiento obrero en luchas violentas por conquistar e imponerse en el poder, si ampliamos el foco a individuos vinculados a religiones encontramos comportamientos similares. En el mundo de la religión, más cercano a las derechas, se producen luchas y fraccionamientos similares a los citados, ‘en su breve historia los mormones se han escindido en setenta facciones’ Steve Jones. De la misma manera que con las izquierdas, el clima de brutal violencia religiosa y sus luchas, también intentan ser ocultados, durante años negados por bases sociales y gurús, aunque ya resulta prácticamente imposible ocultar las guerras de religión, o hechos concretos de genocidios cometidos por ejércitos papales, ‘matadlos a todos, que Dios ya separará arriba los suyos de los otros’. ‘’Todos los partidos políticos y todas las naciones, así como todas las religiones, saben que los sentimientos compartidos son una fuerza de unidad, pero ¿cómo pueden identificarse y, con fortuna fomentarse? La cooperación, la espiritualidad e incluso el amor podrían añadirse a los ‘patriotismo, fidelidad, obediencia, coraje y compasión’ darwinianos como componentes del pegamento social, pero resulta difícil identificarlos. En cambio hay otra emoción más palpable que está en el centro de muchos credos: el dolor es inmediato, devastador y fácil de reconocer. ‘Ciencia y creencia. La promesa de la serpiente.’ Steve Jones. Turner.2015’’ Cooperación, espiritualidad, amor, patriotismo, fidelidad, obediencia, coraje… son términos ampliamente utilizados dentro del movimiento obrero y en las revoluciones comunistas. También fue utilizado para construir la sociedad nueva el dolor, como pegamento social. ¿Por qué resurge con fuerza el mito de la unidad de las izquierdas ahora? Resulta un poco desconcertante que después de tantos años clamando por la unidad de los seres humanos, tanto en la política como en la religión, las sociedades actuales muestren una mayor diversidad y complejidad que nunca y en esta situación ha renacido con fuerza el mito de la unidad. Una precisión a considerar, hablar de religiones e iglesias, no es pensar en las tres del libro, judaísmo, cristianismo e islamismo, y unas cuantas más orientales; es hablar de centenares de ellas, como dan a entender los papeles a rellenar para entrar en los EEUU, los cuales piden indicar a cual perteneces de las doscientas confesiones religiosas que facilitan.
‘’ En EEUU los patrones de desigualdad y adhesión al cristianismo (en sus múltiples sectas) desde la década de 1950 al presente muestran una y otra vez, que la segunda sigue a la primera; que un período de injusticia y presión social provoca un aumento del número de personas que va a la iglesia. Cuando la situación del proletariado se deteriora, el atractivo de la religión aumenta… ‘’Existe una correspondencia exacta entre la injusticia social y el poder de los sacerdotes. En los países cuyos gobiernos son justos y eficaces, la influencia del clero se disipa, mientras que las naciones más devotas sufren más delincuencia, más mortalidad infantil, más enfermedades mentales y menos movilidad social que aquellas donde el dogma juega un papel menos importante.’’. ‘Ciencia y creencia. La promesa de la serpiente.’ Steve Jones. Turner.2015’’ En los párrafos anteriores puede ampliarse el significado de algunos términos religiosos a significados políticos: iglesia, partido, religión, comunismo, sacerdotes, nomenclatura, clero, élite política, etc. Para intentar explicar los enfrentamientos entre las izquierdas, las dos líneas de interpretación formuladas no son contradictorias, muchos comportamientos religiosos se identifican con prácticas políticas. Religión y política son poderosos agentes de exclusión de los otros: En ambos casos quieren construir una visión del mundo sustitutiva de la existente, construir una interpretación particular de la vida con principios ilusionantes y aterradores; ambas militancias requieren actividad social, exigirán proselitismo, agitación y propaganda sometidos a reglas y normas de organización grupal que tapen las otras competidoras; ambas promueven la certeza en sus principios doctrinales y en su paraíso hasta el enfrentamiento con otras doctrinas que siempre serán falsas; producida una escisión, ésta construirá su identidad no solo a favor de un nuevo paraíso y dotándose de otras normas de comportamiento y organización, además fomentará el odio hacia los otros, -toda identidad se construye con elementos pro y contra-. En ambos casos se fomenta la fe ciega en las propias teorías y sus intérpretes, fomenta la adoración sin límites a sus obispos o gurús, a la élite ejecutiva acompañada del desprecio a cualquier otra élite; ambos, el partido, la secta, consideran ser los únicos fieles interpretes de textos sagrados en los que se apoyan, siempre tienen toda la razón; sus integrantes, sus líderes se comportan como elegidos por el destino, dotados de superior calidad al resto de mortales los permite definir nítidamente la finalidad, el paraíso hacia el que caminar y los enemigos a destruir; ambos determinarán los fines a lo que todo queda subordinado, toda atrocidad es permitida al ir encaminada a lograr el objetivo; las estructuras del grupo premiarán al obediente, asimilarán a quienes defiendan el discurso interno y reprimirán, expulsarán a quienes no se sometan…
’El Partido era una iglesia… su fuerza derivaba tanto de la creencia y de la fe como del intelecto… el Partido tenía sus ritos, sus santos, sus lugares sagrados… las asambleas semanales eran misas seculares…’ ‘Party Animals’ David Aaronovitch. 2016.
Resulta difícil seguir creyendo en el mito de la unidad de las izquierdas ya que no existen demasiadas pruebas que puedan soportar tal unidad, y sí abundantes de lo contrario, lo cual no significa tener una postura indiferente a la importancia de la cantidad en cualquier situación; los mitos por un lado, la racionalidad por otro. La división de la sociedad genera enfrentamientos entre grupos heterogéneos por lo que resultará imposible que un solo partido pueda definir la opción que beneficie a todos. La existencia de partidos, o partes de la sociedad, muestra la diversidad de expectativas y sueños.
En las sociedades democráticas, que son las que aceptan la imposibilidad de aniquilación de los otros, el voto condiciona obtener poder político; conseguir mayor número de votos que otros se convierte en un objetivo para todos los partidos, así que con fines electorales se pretende aglutinar grandes colectivos a costa de manipular sentimientos de unidad e igualdad que parezcan reducir diferencias, ello podría llegar a ser peligroso realizado con el objetivo de intentar barrer o derrotar absolutamente a los otros.
Consignas como ‘’somos el 99%’’  afirman que todos compartimos los mismos intereses. La consigna nació a raíz del artículo de Stiglitzen el cual escribía que el 1% de población controlaba el 40% de la riqueza, lo cual es cierto económicamente hablando, pero no cuando se pretende extender a la política, a la vida entera, y la consigna pretende que interioricemos que todos pensamos lo mismo. Creer que todos deseamos idénticos objetivos vivenciales y coincidimos en ideas e intereses está muy extendido, aunque la realidad muestra lo contrario cada día; hay múltiples bandos, grupos diversos dentro de las mismas corrientes, muchos‘aquellos y estos’,  se agudiza la transversalidad de identidades en cada individuo y grupo, la sociedad se hace más compleja.
Siete mil millones de personas vivimos en el Planeta, con ideas desiguales sobre la vida y la muerte, distintas interpretaciones sobre el universo y el medio que nos rodea, sobre la producción material e intelectual, sobre como determinar necesidades y satisfacerlas,… muchos de esos millones de individuos viven en el mismo marco físico y legal, lo cual sería imposible si la política no organizara la convivencia dotando de compromisos normativos ampliamente aceptados.
Los partidos de izquierdas en Europa ha abandonado los sueños revolucionarios, la apuesta a todo o nada, que normalmente se quedaba en nada y los están sustituyendo por el objetivo de ganar el gobierno, quieren tener acceso al BOE y parcelas de poder, eso plantea la batalla política en otro terreno completamente distinto al de la revuelta, lo integra dentro de normas democráticas, lo cual supone aceptar que las sociedades son heterogéneas y hay que convivir con múltiples intereses diferentes y la resultante de las fuerzas en litigio dependen en buena parte del poder de las mayorías expresadas en votos. En las mayorías confluyen múltiples intereses que se contraponen interactuando transversalmente, siendo aglutinados en torno a partidos. No podemos creer que la organización social pueda funcionar sin organizaciones, grupos de gente, lobbies, que acumulen presión y esfuerzos en torno a iguales deseos, aunque hoy un partido no puede representar la diversidad social sin sufrir graves contradicciones dentro de sus filas. En las elecciones una mayoría absoluta puede lograrse con un tercio de los votos, ni siquiera es posible ganar por mitades, por tanto un tercio podrá gobernar, pero no debería olvidar que por muchos votos que obtenga sea cual sea el partido que lo consiga, siempre tendrá enfrente a otros dos tercios, en muchas ocasiones con diferentes intereses a los ganadores e ideas y criterios distintos. Durante el transcurso del tiempo, los intereses, ideas y criterios de ganadores y perdedores se irán mezclando, buscando salidas posibles, que serán las comúnmente aceptadas. Cualquier equipo de gobierno debe entender que las fuerzas que le siguen nunca son mayores que las que tiene enfrente, que intentar aplastar al resto y gobernar contra la mayoría no tendrá resultados positivos. Entrar en el juego democrático de pretender ganar elecciones para gobernar, supone aceptar la imposibilidad de la destrucción total de los otros.
La suma numérica es importante tanto en situaciones extremas, como imprescindible en una sociedad democrática en la que el poder se logra mediante cantidades de votos generalmente superiores, enfrentadas a otras. Parece adecuado relativizar la idea de ‘todos juntos somos más, si las izquierdas se unen ganamos…’ porque no todos los de izquierdas quieren lo mismo, ni en objetivos, ni estrategia, ni táctica, ni en propuestas concretas, lo cual no impide que se pueda coincidir en algunos aspectos. Ítem mas, Los partidos de izquierda españoles no son un conjunto sólido con identidad única, en mayor o menor medida, todos conforman subconjuntos de tendencias en movimiento que generan tensiones fraccionarias en su vida diaria. PSOE, Podemos, IU, ICV, PCE, ERC, CUP, EH-Bildu, Sortu, BNG, Compromiss, Equo, Es el moment,Bloc, En comú, Las mareas, etc. etc. son partidos muy distintos, además dentro de cada uno conviven tendencias diversas, a los anteriores habría que sumar decenas de grupos políticos, muchos abstencionistas; en las elecciones 20-D-2015 se presentaron más de 1.300 candidaturas provinciales, muchas de ellas eran grupos izquierdistas, probablemente entre un tercio y la mitad. La militancia y simpatizantes de los grupos de izquierdas, son una amalgama de tendencias, grupos e integrantes de movimientos con ideologías diversas, trotskistas, marxistas, comunistas, socialistas, socialdemócratas, ecologistas, feministas, demócratas, indignados, cristianos de base,… los hay europeístas y euroescépticos, anti sistemas y demócratas, independentistas y federalistas, reformadores y revolucionarios, etc. Así creer en la unidad ante opciones tan heterogéneas resulta complicado, mejor conocer la disparidad de intereses aceptando que cuanta mayor pureza pretendida, menos cantidad, más fracciones y mayor soledad. Ganar gobiernos para transformar condiciones de vida en millones de personas implica diluir estrategias e ideología, para sumar; hablar de unidad supone aceptar compromisos en los que todos ceden y nadie logra imponer su totalidad al resto. –Militantes, simpatizantes y votantes de izquierda pueden cifrarse en torno a un tercio del censo electoral, ¿España es un país de izquierdas?-.
Manuel Herranz Montero. Febrero 2016 ‘Arian seis’: http://arian-seis.blogspot.com/