El moho y sus consecuencias para las salud de los niños

Por Chusrey @SinHumedades

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Esta no es la primera ocasión en la que hablamos en nuestro blog sobre las humedades y sus consecuencias para la salud.

En este momento volvemos a incidir en el tema pues estamos en una época en la que las humedades por condensación se acentúan debido a factores climatológicos.

Las lluvias y temporales que azotan nuestra costa impiden que ventilemos nuestras casas adecuadamente, produciéndose una gran acumulación de humedad en el interior de nuestros hogares y como consecuencia la condensación de esta humedad en las zonas más frías (ventanas, paredes, techos, mobiliario y demás enseres).

Por este motivo queremos hacer eco de un estudio reciente publicado en la revista Pediatrics por la doctora Anne Karvonen, investigadora principal del Instituto Nacional de Salud y Bienestar de Finlandia, sobre la influencia del moho proveniente de las humedades en casa que ha demostrado su influencia sobre la salud de los niños.

El estudio en cuestión, que inicialmente no fue diseñado para evaluar el riesgo de las humedades en casa, demuestra que los niños que conviven con moho en su casa tienen más probabilidades de contraer asma que otros que viven en ambientes libres de humedad, respaldando lo que venimos advirtiendo en Hogar Seco sobre la influencia negativa de las humedades en casa y sus riesgos para la salud pulmonar de los bebés y niños pequeños.

Para elaborar dicho estudio se evaluó el daño que causaban las humedades y el moho en 400 hogares finlandeses con niños de alrededor de 5 meses de edad, realizando controles sobre sobre los síntomas respiratorios o cualquier brote de asma o bronquitis diagnosticados por médicos a la edad de 1 año, 18 meses, 2 años y a los 6 con el objetivo de determinar si provenían de alergias a alguna sustancia ambiental o alimentaria.

Dentro de este grupo el mayor riesgo de asma se observó en los niños que dieron positivo en las pruebas de alergia, que en estas circunstancias son más susceptibles a contraer asma debido a la exposición al moho sobre todo en sus 2 primeros años de vida. Esto no quiere decir que el moho sea el desencadenante de las alergias, sino que un niño con alergia sufre más riesgo de padecer asma ante la presencia de moho que otro que no presente esta dolencia.

El hallazgo más significativo de este estudio fue que “el daño por las humedades se asocian con un aumento en el riesgo de asma, y éste parece ser permanente” haya o no presencia de moho.

Cuando un niño presenta síntomas de asma difíciles de controlar a pesar de haber seguido las directrices de su médico se deben considerar las condiciones de la vivienda como una posible causa de su enfermedad.
Lo realmente importante si tenemos en casa bebés o niños de corta edad, es procurarles un espacio libre de contaminantes que le afecten tanto ahora como en su edad adulta.

El moho es una de ellas.