El monasterio de Santa Catalina en el Monte Sinaí

Por Viajeros

El Monte Sinaí, en Egipto, es un lugar sagrado para las tradiciones judaica, cristiana e islámica. Este lugar fue identificado en la época del emperador romano Constantino (el primer emperador cristiano) con el Monte Horeb, la montaña donde se dice que Moisés vio la zarza que ardía sin consumirse, aunque no está claro que realmente se trate de la misma montaña.

Sin embargo, en la época se identificó como tal y por ello la madre de Constantino, Flavia Julia Helena, construyó en su cima un monasterio, que a día de hoy es uno de los más antiguos del mundo: el monasterio fortificado de Santa Catalina. Esta acción fue una de las muchas que realizó a favor de los cristianos y que le valdrían la beatificación como Santa Elena.

El monasterio fue construido entre los años 527 y 565 y sobrevivió a la invasión islámica de la Edad Media, ya que había dado refugio a Mahoma (se llegó a construir una mezquita, aunque nunca fue usada ya que por error no se hizo mirando a la Meca). A ello también contribuyeron seguramente sus murallas, así como su inaccesibilidad, pues se encuentra en la boca de un cañón adonde resulta difícil llegar.

Exteriormente el monasterio resulta impresionante, sobre todo por sus altas murallas. Pero además de su aspecto y su valor intrínseco como uno de los monasterios más antiguos que se conservan, alberga un tesoro de valor incalculable: la segunda mayor biblioteca religiosa del mundo, con alrededor de 3.500 códices y manuscritos, sólo superada por la del Vaticano. También posee una gran colección de obras de arte como mosaicos, pinturas, ornamentos, relicarios, etc, en su mayoría de la tradición ortodoxa.